Por qué no deberías exigir a nadie ‘ser feliz’ durante una enfermedad

Las frases motivadoras y la autoayuda le dicen a una persona que está sufriendo que sonría y deje de quejarse, le responsabilizan de no lograr ser feliz

El pensamiento positivo y la autoayuda nos animan a ser felices, a luchar por cambiar nuestras rutinas, a encontrar dosis de felicidad en el día a día y a tener una vida menos apagada. O eso aseguran muchos gurús de la felicidad y las frases motivadoras. Sin embargo, como ha investigado la divulgadora científica Valentina Raffio, esta felicidad do it yourself puede tener más efectos negativos de los que imaginamos.

Todas esas tazas, libretas y agendas llenas de frases motivacionales “nos recuerdan continuamente que la posibilidad de alcanzar el éxito personal está en nuestras manos y que, si aún no lo hemos conseguido, es porque no lo hemos querido lo suficiente”, explica en un reportaje de El Periódico de Catalunya. Precisamente ahí reside el peligro de la terapia de la autoayuda. “El 'pensamiento positivo' y la idea de 'autoayuda' parten de la peligrosa premisa de que tú eres el único responsable de tu condición y que, en cierta manera, todo lo que te ocurre o te deja de ocurrir es únicamente tu culpa”, advierte en el artículo un reportaje de El Periódico de Catalunya, profesor de ética en la Universitat de València.

Aunque lo ideal es ser feliz y positivo, no siempre puede ser así. A muchas personas se les obliga a estar con una sonrisa independientemente de su caso, sin entender que tienen derecho a estar tristes después de una mala noticia. Siurana intenta concienciar sobre ello: “cuando alguien recibe un mal diagnóstico, por ejemplo de cáncer, es muy habitual que su entorno le insista en la importancia de mantenerse positivo. Esto, para una paciente, puede resultar devastador. Ni las sonrisas curan, ni estar feliz es un tratamiento para una enfermedad”.

Hoy en día vivimos el boom de la industria de la felicidad, aquella que, aprovechándose de la tristeza, quiere hacer negocio. Funciona así: tú estás triste y, en cambio de decirte que está bien y es necesario sentir esto de tanto en tanto, te dicen que debes ser feliz siempre y te dan las claves para lograrlo. La industria se lucra a costa de tu salud mental. “Cada emoción tiene su función y hay momentos en los que, lo quieras o no, necesitas estar triste. Es antinatural que te presionen para ser feliz siempre”, afirma Siurana.

Al final, lo que debemos saber es que la salud mental es algo complejo y que no se debe reprimir la tristeza bajo una falsa capa de positividad. Los mensajes felices en las tazas, los libros de autoautoayuda y las frases cursis de ánimo forman parte de una sociedad superficial que no aborda los problemas de verdad y que cree que la tristeza es algo incómodo que es mejor camuflar y no aceptar con naturalidad. A nadie le gusta ver a alguien triste, y creemos que con la industria de la felicidad y las frases inspiradoras podremos evitarlo. Pero no funciona así. Si queremos ayudar, de verdad, acompañemos en la tristeza, pero no obliguemos a nadie a reprimirla.