Islandia se suma al turismo de pago

El Gobierno quiere proteger la naturaleza única del país

En octubre de 2022 estuve visitando Islandia. Y no, este no es uno de esos sitios que parecen espectaculares en fotos de Insta, pero que luego cuando vas pues, bueno, está bien y ya, sino que es un escenario absolutamente sobrecogedor. Creo que nunca me he sentido tan libre durante una viaje. Tan desconectado de todo. Tan aislado. Tan en la nada y al mismo tiempo en lugares llenos de belleza natural. El problema es que la presencia turística en el país no ha parado de crecer durante la última década y, como pasa con muchos otros sitios, la experiencia va decayendo conforme encuentras más turistas como tú en cada esquina. Y el gobierno islandés quiere ponerle remedio.

¿Cómo? Pues haciendo lo que ya están haciendo algunos de los puntos con más turismo masivo del mundo como Venecia o la propia Barcelona: cobrando a la gente que visita el país. En concreto, y como explica el periodista Carlos Prego, el gobierno del país nórdico “ya ha recuperado un impuesto para turistas que se aplicaba antes de la pandemia y reconoce estar estudiando cambios en su modelo de tasas”. Es decir, que están viendo cómo reconfiguran su política fiscal para conseguir dos cosas. Por un lado, que lxs turistas que llegan al país dejen más dinero allí. Por otro lado, que la gente no se flipe demasiado con la isla y aquello no se convierta en una Tailandia 2.0.

Pero no solo para que quienes vayan puedan vivir la experiencia islandesa real. No solo para que tú o yo vayamos y tengamos esa sensación de recorrer el país sin apenas encontrarnos a nadie. Es también para proteger dos cosas claves: a la población autóctona y a su patrimonio natural. Piensa que allí casi todo lo que merece la pena no fue moldeado por manos humanas. Sí, Reikiavik es mona, pero poco más. Y el resto de poblaciones islandesas son pequeñas y anecdóticas desde la perspectiva de un turista. Lo que te enamora de aquello son sus gigantescas cascadas, sus vastas extensiones verdes, sus volcanes y sus glaciares. Y deben ser bien protegidos.

En cuanto a la gente, está claro que en estos momentos están teniendo el típico debate público sobre beneficios/daños del turismo. Como alguien nacido y criado en Tarifa, donde cada verano vienen miles y miles de turistas, puedo decirte que es un debate muy complicado. El turismo amenaza la identidad de los lugares pero deja dinero. El turismo deja dinero pero amenaza la identidad de los lugares. No es fácil equilibrar argumentos. No en la práctica. Pero es obvio que muchos gobiernos creen que las tasas turísticas pueden ser el mecanismo clave para conseguirlo. Ojalá sea cierto. Por el bien de todos estos destinos.