Una empresa convierte bajos locales en baños para turistas en Madrid

En el mismo centro, cerca de Plaza Mayor, se pueden encontrar unos baños de pago por un euro

La gentrificación turística de Madrid está llegando a puntos inimaginables. En pleno corazón de la ciudad, a escasos metros de la Plaza Mayor y el Mercado de San Miguel, acaba de abrir un establecimiento que transforma lo que antes era un servicio público esencial en un negocio privado de pago. Este local, que ofrece baños enfocados a turistas, es solo el último ejemplo de cómo la capital está siendo remodelada para adaptarse a las demandas de los millones de turistas que la visitan cada año, a costa de los madrileños y de su calidad de vida.

Por un euro, los turistas pueden acceder a un baño privado, una cifra aparentemente simbólica pero que pone de manifiesto el proceso de privatización de lo que tradicionalmente ha sido un servicio público. En un bajo, la empresa The Mad Toilets SL ha montado una instalación que no solo responde a la falta de baños públicos en una zona turística saturada, sino que también refleja una tendencia alarmante en la ciudad: la transformación de su infraestructura para servir exclusivamente al negocio del turismo.

Así se transforman las ciudades frente al turismo

Lo que debería ser una solución pública, como la creación de más baños accesibles y gratuitos en el centro de la ciudad, está siendo reemplazado por empresas privadas que no dudan en aprovechar el boom turístico para ofrecer servicios a un precio, excluyendo a aquellos que no están dispuestos o no pueden pagar por ellos. La gentrificación turística no solo está transformando barrios tradicionales como Malasaña o Lavapiés, sino que ahora también está reconfigurando aspectos tan cotidianos como el acceso a los baños.

La presencia de estos baños de pago en el centro de Madrid no solo plantea cuestiones sobre el acceso a servicios básicos, sino que también pone en evidencia el modelo de ciudad que se está impulsando: una ciudad en la que los intereses económicos prevalecen sobre las necesidades de los habitantes. A medida que el turismo se convierte en la principal fuente de ingresos de la ciudad, las autoridades parecen estar cediendo a la presión de transformar espacios públicos en oportunidades de negocio, olvidando que estos servicios no deben ser un lujo, sino un derecho.

El caso de los baños privados de pago es solo un reflejo de un proceso más amplio que afecta a toda la ciudad. El auge del alquiler turístico, la subida de precios en zonas céntricas y la transformación de locales y viviendas en establecimientos destinados exclusivamente a turistas están llevando a Madrid a un punto de saturación. Y lo más preocupante es que, mientras la ciudad se adapta a este nuevo modelo, los madrileños están siendo desplazados, no solo de sus barrios, sino también de sus derechos a disfrutar de una ciudad que ya no les pertenece completamente.