Países que todavía practican la pena de muerte

China, Irán, Arabia Saudí, Egipto o Estados Unidos son algunos de los que más presente la tienen

La pena de muerte ha vuelto a situarse en el centro del debate después de que Estados Unidos ejecutara a finales del pasado enero a Kenneth Smith, un asesino convicto, a través de un nuevo método basado en el gas nitrógeno. Porque sorprende. Sorprende que en el siglo XXI existan estados con la legitimidad legal para quitarle la vida a una persona. Y no son precisamente pocos. Según los datos recopilados por Amnistía Internacional, y que difunde la BBC en este artículo, hasta 55 países tienen la pena de muerte en vigor, aunque hay otros 23 que la tienen recogida en sus textos legales pero no la utilizan desde al menos diez años atrás y otros nueve que la reservan para crímenes de guerra.

En total, y excluyendo a China, que practica la pena de muerte pero no divulga información acerca de ello al resto del mundo, solo en 2022 se produjeron 883 ejecuciones estatales en nuestro planeta, muchísimas más de las 579 del año 2021, lo que demuestra que la aplicación de la pena capital se encuentra en un proceso in crescendo. Además, y en base a informes de medios de comunicación y otras fuentes no oficiales, la ONG estima que “China utiliza la pena de muerte más que ningún otro país” y que “ejecuta a miles de personas al año”. Lo mismo ocurre con Corea del Norte, otro país hermético que “probablemente esté utilizando la pena de muerte a un ritmo sostenido”.

Eliminando estos dos regímenes oscuros de la ecuación, y según los datos de los últimos años, los países que practican la pena de muerte con más intensidad son Irán, con muchísima diferencia, y Arabia Saudí, el cual ejecutó más personas en 2022 que en ningún otro año de las últimas tres décadas. Además, sigue siendo el único país en aplicar la pena capital a través de la decapitación. Un eco de unos tiempos medievales muy distantes. Muy lejos en números se encuentran Egipto, Estados Unidos, Singapur, Irak, Kuwait, Somalia y Sudán del Sur. Eso sí: en Estados Unidos el número de ejecuciones ha ido descendiendo desde el año 1999, momento en que se alcanzó un máximo histórico.

Lo más llamativo es que más de un tercio de las ejecuciones mundiales tuvieron lugar por delitos de drogas y no por delitos de asesinato o de alguna otra naturaleza más brutal. En concreto, y solo en 2022, último año del que existen datos, Irán aplicó 255 veces la pena capital por esta razón, Arabia Saudita 57 y Singapur 11. En contraste, ese mismo año abolieron la pena de muerte seis países del mundo: Kazajistán, Papúa Nueva Guinea, Sierra Leona y la República Centroafricana. Y en 2024 se unieron Malasia y Ghana. Una contratendencia que habla del sentir general de la humanidad acerca de este castigo. Es cuestión de tiempo que desaparezca para siempre.