Las multinacionales estadounidenses se están sometiendo al discurso reaccionario de la administración Trump. Quizá porque sus dirigentes están de acuerdo con él. Quizá porque no quieren ser señalados. Quizá porque les importan una mierda los valores sociales y solo buscan su prosperidad económica. Quién sabe. Lo que está claro es que ya no puedes contar con las grandes marcas para hacer de este mundo un lugar más amable para todas. Disney, por ejemplo, ya suavizó unos meses atrás su mensaje de advertencia antirracista en sus películas, y ahora ha dado un paso más protrumpista cambiando un personaje trans por uno cristiano.
No ha sido inmediato. No ha sido un cambio de cromos como tal. Para cubrirse las espaldas, y protegerse del clamor popular de la izquierda, ha ido poco a poco. Primero, y como cuentan desde THEM, eliminó el pasado diciembre una historia trans de su programa animado Win or Lose. Sin explicaciones. Simplemente lo sacó de la serie. Y no era la primera vez: tan solo un mes antes, en noviembre, había cancelado un episodio de otra de sus series, Marvel Moon Girl and the Devil Dinosaur, en el que se presentaba la historia de una atleta trans. A lxs dirigentes de Disney les pareció que era hora de esconder el progresismo debajo de la alfombra.
Ahora, y para sorpresa de mucha gente, la compañía ha incluido en aquel programa, Win or Lose, al primer personaje cristiano de Disney en casi dos décadas. Como explican desde el citado medio, “en la escena que presenta a su personaje, Laurie reza nerviosamente antes de un partido: Querido padre Celestial, por favor, dame fuerza. Tengo fe, pero a veces, la duda se cuela”. Más adelante en ese mismo episodio, Laurie, acostada bajo unas alas de ángel, vuelve a orar mientras “una luz beatífica la rodea”. Estos son los valores que el nuevo gobierno de los Estados Unidos quiere ver en pantalla. Y Disney cumple con su parte.
¿Es malo que aparezca un personaje cristiano en una serie infantil? No necesariamente. Ni musulmán. Ni judío. Ni hindú. Promover el respeto a la libertad religiosa entre lxs más pequeñxs es tan buena idea como promover el respeto a la diversidad sexual. El problema es que Disney incluya a este nuevo personaje y al mismo tiempo elimine a un personaje trans. Eso es una declaración de intenciones. Eso no es un aquí hay espacio para todxs. Es un ahora el espacio pertenece a la derecha. Y eso no mola nada. Es la demostración de que la compañía está dispuesta a bailar al son de la melodía conservadurista.