Parecía que ya estaba todo hecho. Parecía que se había abierto un camino de luz del que nunca volveríamos a desviarnos. Que ya no había una mínima posibilidad de volver a la senda orgullosamente machista de tiempos pasados. Que era cuestión de tiempo que la igualdad total fuese una realidad. Pero la historia siempre termina por sorprendernos. En la actualidad y con el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, bien ataviado con su discurso antifeminista, muchas de las multinacionales que emprendieron planes de igualdad están dando marcha atrás para no comprometerse frente al nuevo poder. Una demostración más de que a estas empresas solo les importa la rentabilidad.
Así lo explica la periodista de negocios Emily Stewart en una publicación para Business Insider: ”En 2020 estaba de moda que las empresas se comprometieran con la diversidad y la inclusión. En 2025 está de moda que declaren que ya no les interesa ese tipo de cosas. Compañías como Walmart, McDonald’s, Google y Meta han anunciado recientemente importantes retrocesos en sus esfuerzos de diversidad, equidad e inclusión”. Sin ningún tipo de pudor. Sin ningún miedo a la contradicción ni a ser tachadas de hipócritas. Están siempre decididas a alzar la voz en pro de quien tiene la sartén por el mango. Los valores corporativos son un chiste. Una mentira comercial.
El problema es que estas grandes empresas no están solas. Sí, el descaro de publicar su intención de retirar el apoyo a la igualdad es horrible y desde luego no se merecen que sigues comprando sus productos ni utilizando sus servicios. Pero, según esta periodista, hay bastantes más empresas dando marcha atrás con el rollo igualitario. Simplemente lo están haciendo en silencio. “No publican comunicados de prensa ni grandes memorándums afirmando que suprimen los programas de contratación de candidatos diversos. En lugar de ello, han llegado a la conclusión de que por el momento es mejor no utilizar el lenguaje relacionado con la igualdad de oportunidades”.
O dicho de otra manera: están intentando pasar desapercibidas a toda costa. Incluso si eso supone perjudicar a las mujeres y a las minorías. Es lo de menos. Lo que quieren es que Trump y su equipo de rancios no les señalen con el dedo. Stewart menciona, entre otras, a General Motors, PepsiCo, Disney o Pinterest. Sí, esta última ya no tiene una sección de inclusión y diversidad. Ahora se llama inclusión y pertenencia. Pequeños movimientos paulatinos dirigidos a guardarse las espaldas. A salir del campo de visión del presidente “antiwoke” por excelencia. A no llamar la atención. Si esperabas grandes empresas contestatarias y valientes ya puedes decepcionarte a gusto.
Pero decepción e impotencia no van necesariamente de la mano aquí. Sí, es muy cómodo pensar que nada de esto depende de ti, que es solo cosa de los consejos de administración de esas multinacionales. Pero no es así. Por supuesto, la responsabilidad es suya, son ellxs quienes dan la espalda al progresismo, pero tú tienes la capacidad de decidir qué compras o qué contratas. Hay alternativas a Google. Y a Disney. Y a la otra y la otra. Darles la espalda cuando hacen las cosas tan mal es tu arma de lucha. Tu manera de reclamar un mundo mejor. Porque en ti sí puedes confiar. En la solidaridad de estas compañías mastodónticas no. La vuelta de Trump nos ha abierto los ojos.
O dicho de otra manera: están intentando pasar desapercibidas a toda costa. Incluso si eso supone perjudicar a las mujeres y a las minorías. Es lo de menos. Lo que quieren es que Trump y su equipo de rancios no les señalen con el dedo. Stewart menciona, entre otras, a General Motors, PepsiCo, Disney o Pinterest. Sí, esta última ya no tiene una sección de inclusión y diversidad. Ahora se llama inclusión y pertenencia. Pequeños movimientos paulatinos dirigidos a guardarse las espaldas. A salir del campo de visión del presidente “antiwoke” por excelencia. A no llamar la atención. Si esperabas grandes empresas contestatarias y valientes ya puedes decepcionarte a gusto.
Pero decepción e impotencia no van necesariamente de la mano aquí. Sí, es muy cómodo pensar que nada de esto depende de ti, que es solo cosa de los consejos de administración de esas multinacionales. Pero no es así. Por supuesto, la responsabilidad es suya, son ellxs quienes dan la espalda al progresismo, pero tú tienes la capacidad de decidir qué compras o qué contratas. Hay alternativas a Google. Y a Disney. Y a la otra y la otra. Darles la espalda cuando hacen las cosas tan mal es tu arma de lucha. Tu manera de reclamar un mundo mejor. Porque en ti sí puedes confiar. En la solidaridad de estas compañías mastodónticas no. La vuelta de Trump nos ha abierto los ojos.