¿Alguna vez te has preguntado cómo era el sexo en la Edad Media? Sí, has visto escenas sexuales de películas ambientadas en la época alguna que otra vez, pero ya sabes lo que ocurre con la ficción: no siempre resulta históricamente fiable. La historiadora Katherine Harvey era muy consciente de ello y desistió de investigar documentos médicos, textos religiosos y registros locales de diferentes regiones de la Europa que va del año 1100 al año 1500. Así confeccionó ‘Los fuegos de la lujuria’, un ensayo en el que repasa tanto las concepciones como las prácticas sexuales de aquel periodo. Y no, no éramos tan diferentes entonces, aunque algunas teorías alrededor del sexo son sorprendentes.
Por ejemplo, y según señalan desde Libertad Digital , pensaban que “algunas deformidades en los bebés eran el resultado de la postura usada por los progenitores en el momento de la concepción”. También creían que las personas podrían morir debido a la falta o al exceso de sexo , por lo cual era importante echar una cantidad moderada de polvos. Ah, y esperaban que la virginidad era un estado mental y que se podía recuperar con pociones hechas de clara de huevo, flores y varias hierbas. Si a eso le sumas el machismo de la época, la importancia de que las mujeres llegaran vírgenes al matrimonio, puedes imaginarte qué mujeres tuvieron que beberse ese mejunje por presión social.
Así se llegaba al orgasmo
No obstante, no pienses que el placer femenino estaba mal visto . En realidad, estaba más legitimado de lo que lo ha estado en períodos posteriores de la historia. Así lo explican desde el citado medio: “Según las teorías médicas medievales, complacer a las mujeres era más importante de lo que podemos pensar”, puesto que “se creía que tanto el hombre como la mujer, para concebir, tenían que emitir semillas y esto se hizo con el orgasmo”. Ahora bien, las técnicas que recomendaban para promover ese orgasmo femenino eran un poco locas, como la de poner gelatina en su vagina. ¿Alguien lo ha probado en la actualidad? A lo mejor nos estamos perdiendo algo maravilloso.
Pero más allá de ciertas curiosidades, comprensibles si tenemos en cuenta el estado de la ciencia en aquel momento, la realidad es que, según ha probado Harvey, existen muchas coincidencias. En sus propias palabras, “no estoy seguro de haber encontrado algo que nos hagamos a nosotros y que ellos no se hayan hecho”. O dicho de otra manera: no hemos descubierto el sexo en el siglo XXI . Ya estaba todo inventado y probado. Eso sí: algunas prácticas, aunque se llevaron a cabo fruto del deseo sexual, estaban muy mal vistas, como el sexo anal, que estaba considerado como un pecado mortal. Hoy follamos igual pero sin sentimiento de culpa ni temor al infierno. Y eso no es poca cosa.-