La masturbación mutua puede revolucionar vuestra vida sexual en pareja

En ocasiones algunas personas la rehúyen por miedo a no saber tocar placenteramente a la otra persona

¿Os encontráis en ese momento de la relación en el que los niveles de libido ya no son lo que eran y el sexo se ha vuelto un tanto aburrido? Es un fenómeno bastante habitual y no deberíais veniros abajo por ello. El sistema de recompensa del cerebro funciona mediante la habituación y a partir de determinada cantidad de exposición a un estímulo comienza a repartir menos neurotransmisores motivadores. Nada de dramas. Sin embargo, que sea natural una pequeña pérdida de interés sexual no significa que debáis dejarlo caer en picado. Al fin y al cabo, sin trucos ni intención de encender la cosa podríais apagaros más de lo recomendado. ¿Y sabes qué funciona muy bien? La masturbación mutua.

Esa es la propuesta que expone la terapeuta sexual Alliyah Moore en una publicación en Poosh. En concreto, dice, “tocarse es la mejor manera de encontrar los puntos sensibles y practicar los movimientos específicos que conducen a mejores orgasmos, lo que os hace a ambos mejores a la hora de daros placer”. Porque no nos engañemos: con ninguna otra parte de tu cuerpo, por muy morbosa que sea o por mucha destreza que hayas adquirido, tienes el mismo control que con tus manos. Y lo mismo ocurre con tu pareja. En este sentido, ese placer tan casi perfecto o incluso perfecto que podéis proporcionaros con las manos puede ser la chispa que despierte vuestra libido salvajemente.

Además, indica la propia Aliyah, “la masturbación mutua también es un maravillo juego previo, algo que muchos se saltan con demasiada frecuencia: muchas parejas insatisfechas con su vida sexual están perdiendo el impulso porque se precipitan al sexo con penetración con más rapidez de la necesaria”. Y eso manda un mensaje al cerebro: penetro, me corro y listo. Por el contrario, incluir la masturbación mutua, veros las caras el uno al otro de placer, alternar de velocidad, recrearos en diferentes técnicas, manda a vuestro cerebro un mensaje muy diferente: estamos aquí para disfrutar sin ningún tipo de prisa. Y cuando no hay prisa, cuando no hay estrés, la libido explota como loca.

Incluso podéis jugar a masturbaros sin que ello conduzca a la penetración. Solo de vez en cuando. Seguro que eso va despertando en vosotrxs un deseo más y más intenso de follar. Debéis jugar con vuestras mentes. Además, y como apuntan las especialistas de Poosh, “4 de cada 10 mujeres prefieren la masturbación a la penetración”, y no hay absolutamente nada malo en ello. Lo malo -y absurdo- es dejarla fuera cuando apetece tanto. Eso sí: a algunas personas les cuesta entregarse a la masturbación mutua por miedo a no saber complacer con las manos o con los dedos. ¿El consejo de Aliyah? “Toma la mano de tu pareja y guíala a través de tus movimientos favoritos”. Sin miedo. Enséñale el camino.