Las principales quejas sexuales de las parejas que van a terapia

Léelas. Entiendelas. Así estaréis más preparados para prevenirlas y evitar que envenenen vuestra vida sexual en el futuro

Muchas más parejas de las que imaginas terminan yendo a terapia sexual para solucionar problemas de intimidad. Parejas que una vez, en el inicio de su relación, estaban tan satisfechas como lo estáis vosotrxs dos ahora. Parejas que tampoco pensaban que necesitarían ayuda en un futuro para disfrutar del sexo. Pero el tiempo hace estragos. A veces porque merma la intensidad de la atracción. Otras porque hace que unx o ambxs miembrxs de la pareja pierdan la paciencia con determinadas actitudes sexuales. En este sentido, te vendría muy bien conocer cuáles son las quejas sexuales más habituales de las parejas de larga duración para anticiparte. Y la sexóloga Jil Whitney tiene las respuestas.

La falta de tiempo es una de ellas. Como indican desde El Confidencial, medio que difunde las confidencias de Whitney, el paso del tiempo os va cargando de responsabilidades y se vuelve “más normal que acabéis tumbados en el sofá viendo la tele muertos de cansancio”. Pero es algo que hay que combatir. Las citas planificadas, un tiempo reservado exclusivamente para vosotrxs, es una de las mejores maneras de hacerlo. Otra queja es el aburrimiento. Sí, cuando practicas una misma postura 2.000 veces pierde gracia. En palabras de la experta, “tampoco hace falta probar cosas nuevas cada día pero sí de vez en cuando: un masaje, ropa interior nueva o quizás una película erótica”.

Y en eso de la innovación resulta crucial la comunicación de los deseos de cada unx. Porque esa es otra de las quejas sexuales más frecuentes en las consultas: una de las partes se lamenta de que la otra no hace lo que quiere. Pero ojo: es tan legítimo proponer lo que deseas como negarte a realizar prácticas que no te convencen. Es una negociación amable que requiere de comprensión mutua, de apertura mental y, hasta cierto punto, de saber lidiar con ciertas pequeñas frustraciones. Porque si a tu pareja no le mola hacerlo en mitad del parque, lamerte el ano o involucrar a terceras persona, no le mola y no es saludable que lo fuerces. Revisa hasta qué punto es importante esa práctica para ti.

Aunque a veces el problema no está en cómo se disfruta del sexo. A veces está en las ganas de sexo. Y es que en muchas ocasiones se produce una desincronización: una de las partes presenta más deseo sexual que la otra. Esto suele conducir a frustraciones, discusiones, heridas de autoestima e incluso infidelidades. Nuevamente, la comunicación honesta es esencial para encontrar soluciones armónicas. Por último, un motivo de queja muy extendido es el hecho de que las discusiones matan la libido. Pero esto no es relevante únicamente por el sexo: andar a la gresca todo el día evidencia que no hay una buena relación. En casos así el trabajo debe ser mucho más profundo.