Las infecciones de transmisión sexual continúan rodeadas de silencio. Especialmente en el caso de las mujeres. Por un lado, porque muchas personas relacionan instintivamente el padecimiento de una ITS con la promiscuidad sexual y en ellas, ya lo sabemos, este comportamiento está infinitamente más penalizado que en los hombres. Por otro lado, porque sobre ellas también pesa una mayor necesidad de perfección, y eso incluye por supuesto la higiene y la salud. No obstante, en tiempos de Tinder la actividad sexual con desconocidxs se ha disparado. Tomar medidas protectoras es fundamental, pero también deshacerse del estigma de las ITS en caso de que te toque sufrir alguna.
¿Cómo hacerlo? Lo primero de todo, explica la educadora sexual Casey Murphy en una publicación para Poosh, es informarse acerca de ellas. Después de todo, y como ocurre con esas películas en las que una criatura acecha pero no se termina de dejar ver, lo desconocido provoca un miedo mucho más intenso que lo conocido. También a la hora de hablar de ello. No es lo mismo contarle a tu amigx o a un rollete que tienes herpes genial o Estas herramientas te ayudarán a entender las ETS a fondo: dudas y errores más comunes sabiendo de lo que hablas que sintiéndote desprovistx de información. En este último caso tu vulnerabilidad es mayor y hay más probabilidades de que decidas guardártelo para ti y sufrirlo en soledad. Aquí tienes una fuente muy fiable.
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Una vez con los datos en la mano, habla alto. Recuerda que no hay nada de lo que avergonzarse y de que podría ocurrirle a cualquiera. Eso sí: trata de seleccionar bien las palabras que utilizas para no estigmatizar aún más la infección o a quienes la padecen. Aquí tienes una guía que, aunque está en inglés, puede darte pistas del tipo de sensibilidad que has de tener. Piensa que incluso si tú te has liberado del pudor, hay gente en tu situación que no y has de ponérselo fácil. Es más, esta es otra razón para naturalizarlo y alzar la voz: según Murphy, “es probable que otras personas a tu alrededor tengan las mismas preocupaciones”. Al deshacerte del estigma creas espacios seguros.
La cuestión es que cuanto más abiertamente hables de ello más poder ganarás. Poco a poco irás despreciando la idea de que las ITS deben ser un tema tabú absolutamente privado. Dicho esto, no caigas en el error de enaltecer las ITS. Está claro que si tienes una, y lo pasas mal, has de poder compartirlo con quien tú deseas para sentirte acompañadx, pero eso no quiere decir que debas “excusar el no ser responsable con tu salud”. En este sentido, Murphy recomienda utilizar preservativos tanto para la penetración como para el sexo oral, y someterse de manera periódica a chequeos de salud. Sobre todo si sigues una mantienes una vida sexual muy activa y variada. Sin estigma pero con sensatez.