Cómo hacer de los condones un elemento placentero

Y si no lo consigues da igual: la salud va primero

Esto es de primero de follar, pero nunca está de más recordarlo: el condón no sirve exclusivamente como método anticonceptivo para no traer un bebecito no deseado al mundo, sino que funciona también como una barrera contra las infecciones de transmisión sexual. Lo que quizás no sepas, y debes saberlo, es que los contagios de estas se han incrementado muchísimo durante estos últimos años. En parte porque mucha gente, y especialmente hombres, salen a menudo con el cuento de que los condones les restan demasiado placer y prefieren no utilizarlo para una experiencia completa. Una mala idea cuando no es una pareja sexual de mucha confianza. Luego vienen las sorpresitas.

Y además de peligroso es parcialmente mentira. Como cuenta la sexóloga Juliet Allen en un artículo para la revista digital Poosh, “parece que mucha gente todavía cree en el mito de que los condones eliminan el placer, pero esto no es cierto: sí, usar un condón puede proporcionar una sensación diferente en comparación con no usarlo, pero el hecho es que si encuentras un condón que te quede bien y usas mucho lubricante, el sexo puede entonces sentirse genial”. Son sus principales recomendaciones para hacer de los condones un elemento placentero y evitar la tentación de un me lo quito para disfrutar bien o quítatelo para sentirte bien que os ponga en un riesgo innecesario.

Porque en este caso el tamaño sí importa. Sé sincerx: ¿cuántas veces has utilizado un condón cualquiera sin tener en cuenta su tamaño? Es el equivalente a ponerte unos zapatos del 39 o del 43 cuando tienes un 41. Error. En palabras de Allen, “asegúrate de estar usando el tamaño correcto porque demasiado pequeño o demasiado grande puede disminuir el placer y la eficacia”. En cuanto a lo segundo, y a menos que todo esté húmedo nivel catarata, os vendría bien un lubricante de calidad “para reducir la fricción y mejorar la sensación”. Son de esas cosas que se suelen saltar por alto pero que marcan una gran diferencia. Haced que la cosa fluya bien suave.

Además, Allen tiene dos consejos más para que los condones no frenen el disfrute del sexo. En primer lugar, calentarlos. Sí, has leído bien. Tal como cuenta en el citado artículo, “calentar el condón en tu mano puede acercarlo a la temperatura de tu cuerpo y hacerlo sentir más natural” que ponértelo directamente en frío. Pero cuidado con la intensidad. Tenlo en tu mano. No lo frotes como si fuera un plato sucio. No deseas una rotura inadvertida. Y en segundo lugar, practicar el ponérselo. Porque si te lo pones de cualquiera manera la experiencia será peor. Sea como sea, y consigas o no el placer que buscas, la salud está antes. No te la juegues por unos minutos de gustito.