La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha lanzado un contundente aviso: el uso del preservativo entre los jóvenes europeos ha caído de manera “alarmante” en la última década. Este descenso ha provocado un aumento del riesgo de infecciones de transmisión sexual (ITS) y embarazos no deseados. Además de que envía un importante mensaje sobre cómo la consciencia sobre la educación sexual está empeorando.
Según el informe publicado por la OMS, el panorama es desolador en varios países europeos, incluyendo España. El documento revela que en nuestro país solo el 68 % de las chicas usaron preservativo en su última relación sexual, una caída significativa en comparación con el casi 90 % que lo utilizaba en 2014. Entre los chicos, la cifra es ligeramente mejor, con un 75 % afirmando haberlo usado la última vez que tuvieron sexo. Sin embargo, esta disminución en el uso del condón no es exclusiva de España; la tendencia se repite en todo el continente.
Relaciones sexuales a edad más temprana
Más allá del aumento de las ITS lo que más preocupa es que estas relaciones de riesgo cada vez son más propensas a darse entre chicas y chicos cada vez más jóvenes. Cada vez más adolescentes tienen relaciones sexuales a una edad más temprana. En España, el porcentaje de chicas que afirmó haber tenido relaciones a los 15 años aumentó del 16 % en 2018 al 22 % en 2022.
Hans Kluge, director de la OMS-Europa, no oculta su preocupación y advierte que estamos viendo las consecuencias de años de negligencia en la educación sexual. Kluge insta a los gobiernos a invertir en la salud sexual integral de los adolescentes, promoviendo prácticas más seguras.
La clase también influye en el uso del condón: los adolescentes de familias con menores ingresos son más propensos a no usar preservativo. Según los datos, un 33 % de estos jóvenes tuvo relaciones sin protección, en comparación con el 25 % de los jóvenes de clases más altas. Esto sugiere que, además de la falta de educación sexual, el acceso a métodos anticonceptivos también podría estar limitado por razones económicas.
Para revertir esta tendencia, la OMS aboga por invertir en programas de educación sexual en las escuelas, mejorar el acceso a servicios de salud sexual confidenciales y promover un diálogo abierto sobre estos temas en el hogar y en la comunidad. La organización insiste en que es crucial actuar ahora para evitar que esta caída en el uso del preservativo tenga consecuencias graves a largo plazo.