3 consejos para practicar bondage y fortalecer vuestro vínculo

Es mucho más que dominio y sumisión. Es liberación, conciencia plena y emoción

El bondage es una práctica erótica basada en la inmovilización del cuerpo. Las cuerdas, las cadenas, las esposas o las telas son algunas de sus herramientas más habituales. El fin es sencillo: hacer que la otra persona sienta que no tiene el control de la situación y que tú tienes poder y autoridad sobre ella. O al revés. También puedes ser tú quien disfrute permitiendo que su pareja sexual la domine. En cualquier caso, vaya en una dirección o en otra, la clave es el juego de dominio. Y sí, puedes sentir que esto, aunque muy apetecible desde el punto de vista sexual, no le hace bien a vuestra relación en términos románticos, pero es tan solo un mito: el bondage puede uniros todavía más.

Es la teoría que defienden las expertas de Poosh. En primer lugar, dicen, la práctica del bondage fortalece vuestro vínculo gracias a la fuerza de la liberación. Tanto que, “en algunos contextos, la pareja sumisa puede encontrar que el juego bondage es liberador y catártico, ya que liberar inhibiciones y rendirse puede ayudar a aliviar el estrés, las emociones compuestas y los patrones de pensamiento negativos”. Y lo que beneficia psicológicamente a unx miembrx de la pareja termina beneficiando a ambxs. Está claro que las relaciones fluyen mejor y lidian mejor con los conflictos y las situaciones delicadas cuando las partes están tranquilas y emocionalmente estables.

Estaréis más conectadxs que nunca

En segundo lugar, y siempre según las especialistas de este medio, el bondage fortalece la conexión romántica a través de lo físico. Puesto que muchas personas viven arrastradas por la vorágine, sin ser capaces de mantenerse presentes, encuentran serias dificultades para vincularse corporalmente con sus parejas. El bondage, con la presión de la cuerda sobre el cuerpo, la sensación de las esposas en las muñecas o la caricia de una tela, ofrece una oportunidad para habitar el propio cuerpo. Es un poderoso ancla hacia el presente. Sobre todo porque se practica, a diferencia de muchas otras técnicas sexuales, con un tempo muy relajado. Te sientes ahí en todo momento.

Por último, está el factor emocional, probablemente el más importante de todos ellos. Al fin y al cabo, el juego de poder es un juego repleto de sensaciones y sentimientos, tanto para la persona dominante como para la persona sumisa. “Las habilidades de comunicación que utilizáis, la confianza que generáis y los límites que establecéis pueden ayudaros a definir lo que necesitáis” y contribuir a que desarrolláis mejores estrategias de interacción. Vosotrxs ponéis las normas. Vosotrxs analizáis cómo os sentís. Vosotrxs removéis el avispero emocional a vuestro gusto. No olvides que el bondage, por muy hard que pueda parecer, se basa en el consentimiento y el cuidado.