Cada vez más estudios aseguran que el secreto de la felicidad está en tener un núcleo fuerte y sólido de amistades y relaciones que nos llenen. No es ni tener una carrera profesional brillante ni viajar cada dos por tres. Por eso, hay que cuidarse en elegir bien a nuestrxs amigxs y en no tolerar conductas tóxicas que nos pueden hacer daño. Dentro de la gran variedad de relaciones y personas que nos cruzamos en nuestras vidas, hay una tipología que nos traerá todavía más bienestar. Se trata de las “personas faro”, y casi cualquiera querría tener al menos una en su vida.
¿Qué son exactamente las personas faro? Pues bien, son aquellas que cuando te pierdes, alumbran tu camino con su luz para que vuelvas a encontrarte. Es decir, las personas que cuando estás pasando por un mal momento, te comprenden, te escuchan y te apoyan. Si ellas no estuvieran, quizá no podrías terminar de ver desde otra perspectiva tus problemas.
Cuando tienes dudas sobre tu camino, o sobre qué opciones tomar, te aportarán seguridad. Podrás tomar riesgos sabiendo que si te equivocas, ellas estarán allí para darte calma y arroparte en caso de que no salga como esperabas. Son personas a las que puedes acudir cuando algo te preocupa, sabiendo que no minimizarán tus problemas. Nos aportan calma y tranquilidad, y tienen una buena energía que nos alumbra en la montaña rusa que es la vida.
¿Qué rasgos de personalidad suelen tener?
En general tienen ideas claras, firmes y asertivas. Son personas con gran capacidad de liderazgo y visión. Es decir, saben conducir una situación complicada y transformarla en un aprendizaje. Suelen ser personas líderes y con opiniones fuertes sobre lo que las rodea.
También las podrás identificar porque suelen mostrarte sus límites de una forma asertiva, aunque duelan, y de esta forma protegen su energía y pueden darla a los demás. No se trata de que carguen con todo, pero sí tienen un trabajo interior hecho muy sólido y es por eso que pueden ser guías muy sabias.
Por lo general, tienen entre sus principales rasgos la empatía, la sensibilidad y su gran capacidad para conectar con los asuntos de la otra persona de una manera muy profunda. No hacen una escucha superficial, sino que realmente quieren entenderte y meterse en tu piel para ofrecerte abrigo y luz en la oscuridad.