La fórmula de la amistad: no hacer nada

Tenemos que recuperar el aburrimiento compartido y la creatividad colectiva para salir de él

Probablemente pienses que el vínculo emocional que tienes con tu amigx fue forjado principalmente en los momentos más sorprendentes y más épicos de vuestra relación. En aquel viaje de interrail. En aquella noche legendaria repleta de anécdotas. En aquella sesión de cine en la que visteis la película de vuestra vida. Pero las cosas no parecen ser así. En realidad, y según la comunidad científica, son esos momentos de no hacer nada, esos ratos de inutilidad, esos instantes de tediosa cotidianidad, los que hacen que conectéis de verdad. Una tarde de resaca en el salón maldiciendo la vida. Seis horas de autobús. Un paseo al supermercado. La amistad está en esos huecos vacíos.

Piensa en cuándo eras pequeñx. En aquella época el aburrimiento era experimentado de manera colectiva y actuaba como motivante de una creatividad desbordante. No debería ser diferente en la edad adulta. También ahora, cuando compartís horas de tedio e indiferencia, dais a vuestros cerebros el espacio necesario para inventar juntxs. Quizás una actividad. Quizás un tema de conversación. Quizás un nuevo modo de estar sin más. Como escriben desde El Confidencial, medio que pone este asunto en el foco, “la clave para conectar y caerse bien no pasa por lo que hacen, dicen, demuestran o esperan del otro, sino en lo que crean juntos”. Y para crear hay que aburrirse. No hay más.

Por supuesto, tus relaciones de amistad de adultx son muy diferentes a las que tenías cuando eras unx niñx: hay un mayor compromiso, más inversión de esfuerzo, más atención al cuidado mutuo. Hay más elementos. Sin embargo, “sí que conviene recuperar o reivindicar elementos concretos de esas dinámicas infantiles en la vida adulta a la hora de establecer vínculos amistosos con otras personas”. Estar ahí para la otra persona es imprescindible, claro, pero sufrir el tedio juntxs y superarlo con creatividad compartida y permitiéndoos jugar es también esencial para que vuestra conexión sea profunda. Solo conoces a alguien de verdad en la inapetencia y el sopor.

Y algunxs autorxs lo están gritando a los cuatro vientos. Es el caso de Sheila Liming, autora del ensayo Hanging out: the radical power of killing time, donde “defiende que la mejor forma de quedar con amigos pasa por atreverse a hacer muy poco en su compañía”. Esto va totalmente en contra de la dinámica contemporánea en la que las quedadas pasan por emborracharse, ver series, jugar a juegos de mesa y un sinfín de actividades más. Y ojo, nadie dice que no hagas nada interesante con tus colegas. Faltaría más. Simplemente que deberíais dejar algo de espacio en blanco para rellenarlo a vuestro modo. Vuestra combinación es única. Dejadla fluir libremente.