Es la historia de tu vida: parejas que nunca llegan y parejas que llegaron pero se fueron una tras otra. Y no comprendes por qué. Eres bonitx. Eres inteligente. Eres buenx. Y tienes muchas ganas de compartir tu vida con alguien. ¿Por qué entonces el universo se empeña en mantenerte en la más absoluta de las soledades románticas? Según cuenta la doctora Theresa DiDonato en una publicación para Psychology Today, tiene mucho que ver con la desincronización que existe entre las instrucciones de ligue que contienen tus genes y la sociedad contemporánea. Esta es la razón por la cual, dice, tus dificultades para encontrar pareja te enmarcan en “un grupo sorprendentemente grande”. No estás solx.
”La sociedad moderna es bastante diferente de la manera en la que vivieron nuestros antepasados generación tras generación. Por lo tanto las adaptaciones que podrían haber funcionando para ellos pueden no funcionar bien en la sociedad contemporánea”, explica esta especialista en base a una investigación científica reciente. Es una cuestión contextual. Una cuestión del marco social. Así lo demuestra el hecho de que este estudio probase que el alto o bajo rendimiento de apareamiento, una serie de cualidades a la hora de ligar, no estuviese estrechamente ligado a la consecución de una pareja. Puedes coquetear muy bien o tener mucha inteligencia emocional y estar más solx que la una.
Es una realidad relativamente nueva para la humanidad: hoy existen muchas personas solteras con mucho potencial de ligue. Simplemente el sistema y las dinámicas actuales no ayudan. De hecho, escribe DiDonato, “los resultados muestran que formar y mantener una relación no es fácil para una porción sorprendentemente grande de la población: aproximadamente la mitad de los participantes del estudio confesó que iniciar una relación es un desafío para ellos”, además de que, una vez comenzada la relación, “más del 30% de las personas afirman que les resulta difícil o que no les iba bien con esas relaciones”. No es un pequeño sector de la población. Es una epidemia en toda regla.
Y la realidad es que resulta complicado desgranar las razones sociales que la provocan. ¿Es el abuso de las pantallas? ¿Es el hecho de que cada vez vivimos más bajo la dictadura de las fuentes de dopamina rápida? ¿Estamos demasiado perdidxs en nuestra individualidad como para ser capaces de conectar de verdad con otros seres humanos? ¿O son quizás las ideas erróneas acerca del romance y del sexo? Quién sabe. La parte positiva, si eres una de esas personas frustrada con su historial romántico, es que “con la edad las personas adquieren formas de adaptarse a algunos de sus desafíos con las relaciones” y es más probable que hallen pareja. Una con la que construir algo de verdad.