Estas tres actitudes te llevan directamente a una discusión: así puedes evitarlas

Sermoneo. Agresividad. Soberbia. La tríada del picado

O conmigo o contra mí. La concreción de la comunicación en las redes sociales, y especialmente en X, donde el número de caracteres está limitado a 280, está forzando a la gente a la pérdida de matices. Ya no hay grises. No hay verdades relativas. No hay un pensamiento que se adapte a las diferentes circunstancias. Los valores son absolutos porque las opiniones deben expresarse en espacios muy reducidos. Y esto nos está polarizando como sociedad. Unos aquí. Otros allá. Y un gran muro entre ambxs. Y muchos encontronazos verbales a la orden del día. Para evitarlos, dice la experta Val Walker en un artículo para Psychology Today, debes evitar estas tres actitudes desagradables.

La primera de ellas es el sermoneo. Sí, a veces no lo haces desde la inquina, sino desde la voluntad de abrirle los ojos a otra persona, pero los sermones evidencian cierta sensación de superioridad que suele poner a la defensiva a la otra persona. En su lugar, escribe Walker, deberías “reemplazar el sermón por una escucha más profunda” de lo que la otra persona está tratando de decirte. No saltes como un resorte a las primeras de cambio para hacerle ver lo equivocadx que está. No sucumbas a esa sensación interna de indignación o de competitividad. Recibe su mensaje con empatía. Incluso si no lo compartes. Y luego ya puedes dar tu opinión sin trazas de soberbia ni agresividad.

Cuidado con la agresividad y el tono

Y esta es precisamente la segunda actitud que Walker cree que deberías expulsar de tus conversaciones: la actitud agresiva. Porque no te hace más inteligente. No demuestra confianza ni fuerza. No te acerca a ninguna victoria moral. En realidad es todo lo contrario. Según esta experta, “ser insistente significa forzar un resultado en la conversación y controlar la forma en que las otras personas participan”, lo que demuestra un miedo profundo a las ideas alternativas. Relájate. No sientas que quien desacredita tus argumentos trata de agredirte a ti. Piensa que con la agresividad por bandera siempre pierdas. Incluso si llevabas razón la perdiste con las formas. Es una derrota garantizada.

Por último, esta especialista recomienda eliminar la presuntuosidad. Nunca es buena, la verdad. Pero es aún más destructiva en mitad de esas conversaciones delicadas sobre temas que llaman mucho a la polarización. Sé lo que piensas. Yo pensaba así pero maduré. Yo he estudiado eso durante años. Nuevamente, e incluso si el argumento de autoridad tiene sentido, pues efectivamente hay personas con más conocimiento de ciertas áreas que otras, la soberbia anula cualquier encanto y capacidad de persuasión. Solo consigues que la otra persona se cierre en banda y se niegue a reconsiderar su postura. Si el mundo fuera más humilde el puente entre polos sería mucho más ancho.