Érase una vez una persona, tú, que se enamoraría tres veces a lo largo de su vida. Y cada una de ellas sería muy diferente. Y no solo porque las personas receptoras de dicho amor fuesen distintas. Que también. La razón de que tales amores tuvieran una forma y un fondo tan diverso es que cada uno de ellos representaría una etapa en tu camino del amor. La etapa del primer amor. La etapa del amor intenso. Y la etapa del amor incondicional. ¿Un cuento cualquiera? No. En realidad, es una teoría que anda suelta por ahí, que lleva por nombre la teoría de los tres amores y que en el fondo habla de tu evolución a lo largo de tus relaciones. Porque tú tampoco eres la misma persona durante décadas.
Así, durante el primer amor experimentas unos sentimientos salvajes. Como explican las expertas de la revista digital Poosh, “este amor parece un cuento de hadas y si bien en ese momento ciertamente se siente como amor verdadero, generalmente no es el amor profundo y crudo que experimentarás más adelante”. El vínculo es muy superficial. Las interacciones emocionales son caóticas porque no sabéis siquiera cómo funcionáis vosotrxs mismxs a nivel mental. Las rupturas surgen con mucha facilidad y por cuestiones bastante triviales. Y el dolor de la separación puede ser tan intenso que parece que la vida se escape entre los dedos. Dramático. Díscolo. Precioso a su manera.
Luego viene el amor intenso. Aquel en el que tu mente ya no es tan desconocida para ti y comienzas a entenderla más claramente a través de los ojos de la otra persona. En palabras de las especialistas de dicho medio, “la relación se convierte en un espejo de nuestra alma: vemos todas nuestras inseguridades, nuestras necesidades y nuestros deseos mirándonos”. Eres una persona más hecha, pero todavía sigues cometiendo muchos errores básicos como querer moldear a la otra persona a tu gusto o automoldearte tú para encajar en su gusto y lograr que la relación funcione contra viento y marea. Es el tipo de amor en el que descubres lo que quieres y no quieres de las relaciones.
Y finalmente aparece el amor incondicional. Aquí ya te conoces bien. Aquí ya tienes una buena relación contigo mismx. Y el amor surge como si nada. Con naturalidad. Con sencillez. Sin tiras y aflojas. Sin dramas innecesarios. “Aceptáis todo lo que sois, todas vuestras imperfecciones y todos vuestros matices. Os inspiráis constantemente. Y cuando enfrentáis un desafío en la relación lo trabajáis juntos para superarlo porque ambos estáis comprometidos con su futuro”. Es el amor verdadero. El que nace en un contexto seguro y saludable. El que no se desmonta a las primeras de cambio. Y tú, ¿ves reflejada tu historia romántica en estas tres etapas? ¿Crees en la teoría de los tres amores?