Así puedes ayudar a un amigo o amiga con problemas de salud mental

No te castigues por no saber cómo ayudarle. Nadie te ha enseñado

Da igual lo que digan esas voces casposas: las enfermedades mentales no están de moda, sino que afortunadamente nos hemos quitado todos los prejuicios de encima y hemos empezado a hablar de ellas y a visibilizarlas como merecen. ¿Tienes ansiedad en este momento de tu vida? ¿Notas como ciertos síntomas depresivos comienzan a aparecer más frecuentemente en tus días? Lo cuentas. Lo vives. Lo trabajas en terapia. Sabes cómo actuar para no dejarte ir sin más. Ahora bien: ¿sabes cómo actuar cuando no eres tú sino unx amigx quien atraviesa un periodo de dificultades emocionales y problemas psicológicos? La psicoterapeuta Jennifer Gerlach tiene las claves para sumar en estas situaciones.

En primer lugar, escribe, deberías “tratar a tu amigo con la misma sinceridad con la que siempre lo has hecho”. Al fin y al cabo, la gente suele sentirse extraña consigo misma cuando se encuentra bajo las garras de la ansiedad o de la depresión, como si no fueran ellas mismas, y que tú te comportes diferente no hace sino intensificar esa sensación. Sí, puede que tenga menos claridad mental, el sentido del humor menos fino o la motivación por los suelos, pero sigue conservando su esencia y le vendrá fenomenal que le recuerdes quién es. Sin presiones. Sin dramas. Y sin artificios. Simplemente actuando como siempre lo has hecho. A veces ayudar resulta tan sencillo como eso.

Dale tiempo, respeta su espacio

En segundo lugar, dice Gerlach, respeta su espacio. Porque probablemente ahora necesite más de lo habitual. Y no es por ti. No te lo tomes como algo personal. Sencillamente se encuentra en un proceso de sanación y hace bien en escuchar a su mente cuando le dice que disfrute de tiempo consigo mismx. Volverá a ti cuando lo necesite y lo desee. De hecho, esta terapeuta recomienda aplaudir que se tome ese descanso. En sus propias palabras, “es posible que esté sintiendo cierta vergüenza o sensibilidad en torno a esto”, así que “muéstrale a tu amigo o amiga tu admiración y respeto”. Hazle saber que apoyas su decisión de marcar los tiempos y los espacios. Dale fuerzas.

Y ofrécele tus energías para esas cositas pequeñas que en situaciones de dificultades psicológicas pueden convertirse en un mundo. Como dar de comer a su gato, completar la burocracia necesaria para solicitar una ayuda pública o desplazarte hasta donde sea necesario para comprar ese champú que sabes que tanto le gusta. En esos mínimos detalles late el amor. Y en todos aquellos de los que no eres consciente. En este sentido, y este es el último consejo de Gerlach, “pregúntale cómo puedes apoyarle en su recuperación”. No des por hecho que sabes cómo has de actuar. No creas que estás en su mente. No juegues a ser psicólogx. Pregunta y escucha. Esa es la gran clave.