La cruzada de la escritora J.K.Rowling, encumbrada en su momento por ser la creadora de las novelas de Harry Potter, contra las personas trans no tiene fin. Desde su burla del término personas que menstrúan a su crítica a la posibilidad de que las mujeres trans utilicen baños públicos destinados a mujeres y pasando por su insistente intento de vincular la inclusión trans con una amenaza para las mujeres cis. Ella siempre está ahí. En ese lado de la batalla. Y Pedro Pascal, el hombre que todos los hombres deberían aspirar a ser, siempre está aquí, a este lado de la batalla. Por eso no sorprende que ahora haya declarado que “los acosadores me dan asco” en relación a gente como Rowling.
Ha sido durante una entrevista para Vanity Fair. Porque sí: como ocurre desde hace mucho tiempo, y sabiendo que esta es una de esas celebrities que alzan la voz y dejan titulares jugosos, le volvieron a preguntar por la escritora inglesa y el comentario que le dedicó hace unos meses en redes de comportamiento de perdedora nefasta. ¿A qué vino esto? Pues a que Rowling celebró públicamente la decisión del Tribunal Supremo del Reino Unido de excluir a las mujeres trans de los espacios dedicados a las mujeres. Y a Pedro Pascal le hirvió la sangre. No pudo contenerse. Es un hilo que crece más y más conforme el mundo se divide entre transexcluyentes y gente decente que ama la diversidad.
Y lo de acosadores no es gratuito. Pascal sabe por qué lo dice. Piénsalo: las personas trans son probablemente las que más discriminación sufren y las que tienen un mayor riesgo de exclusión social. Están más desprotegidas. Más solas. Y más vulnerables. ¿Cómo llamarías a alguien cuya alegría depende de que a este tipo de personas les vaya mal? Es un rollo muy buller. Muy de querer hundir a quien ya sufre mucho. Muy de ser insensible. Que Pedro Pascal aproveche toda su influencia para pararle los pies es una bendición para todas las personas de bien. Es un rayo de esperanza en esta época de nubes que te está tocando vivir. Un flotador al que agarrarse. Esa es la verdad.
Para él es algo personal. Por sus valores pero también porque su hermana Lux Casal es una mujer trans y le jode que la gente random rancia del mundo vaya por ahí faltándole al respeto y deseando que le cierren las puertas de la sociedad. Como dijo su otro hermano, Javiera Balmaceda, en relación aquel comentario de perdedora nefasta, “él dijo eso como el hermano mayor de alguien que dice que nuestra hermana pequeña no existe”. Porque esa es la realidad final, que hay personas trans en todos lados, como hay personas homosexuales o bisexuales en todos lados, y protegerlas ante estos acosadores es responsabilidad de todxs. El silencio es complicidad. No lo olvidemos.