La masculinidad que queremos: Alexander Skarsgard besa a Pedro Pascal en defensa de lo queer

Qué bueno saber que a veces hacemos famosas a las personas adecuadas

Pongámonos en contexto. Finde pasado. Una de las salas de proyección del Festival de Cannes. Los 106 minutos de la ópera prima de Harry Lighton, Pillion, han concluido y toda la gente se pone en pie para ovacionar a los protagonistas. No durante unos segundos. No durante un par de minutos. No. Se pasan siete minutos aplaudiendo. Tienen la hermosa sensación de haber contemplado algo muy lindo: esa fusión de propósito social y calidad que hace que una peli sea LA PELI. En mitad del ruido y del griterío, el prota de Pillion, el sueco Alexander Skarsgard, se levanta, se acerca al bueno de Pedro Pascal para abrazarle y termina dándole un beso. Una escena súper hot.

Una escena que muestra que a veces, solo a veces, hacemos famosos a las personas adecuadas. Por un lado, un Pedro Pascal comprometido con el colectivo LGTBIQ+ de principio a fin, que conoce las dificultades sociales que padecen las personas trans en un panorama político en retroceso de primera mano a través de su hermana. Que luce sus camisetas en pro del colectivo y que no duda nunca en alzar la voz para defender a la gente más vulnerable. Por otro lado, un Alexander Skarsgard que ya se vistió en drag durante el estreno de The Diary of a Teenage Girl, una película valiente que homenajeaba a la cultura queer de los años 70. Para mí estos son los más hombres.

Sí, los tipos valientes que no se sienten inseguros cuando hablan de la enorme diversidad de orientaciones sexuales e identidades de género. Los que en momentos como este, en la que la machosfera aprieta más que nunca para dejar a las mujeres y a la comunidad LGTBIQ+ de nuevo al margen de la sociedad, se ponen delante de un photocall o de un micro y defienden a quienes no tienen voz para hacerlo. Y, sobre todo, dos hombres que no tienen el más mínimo problema en ser cálidos y cariñosos el uno con el otro en público. ¿Estos son tus referentes? Porque los míos sí. Si en esto consiste de verdad lo de ser masculino, entonces estoy feliz de serlo. No del hombre clásico.

¿Y la peli? La peli te la vas a gozar. Está basada en una novela de Adam Mars-Jones, Box Hill, y narra la historia de un tipo muy tímido que termina metiéndose en un romance kinki y BDSM con el líder de un club de motociclistas. Hay sexo. Hay muchas escenas muy explícitas. Pero parece que sea una peli superficial ni exhibicionista. Lo importante no es el deseo, sino cómo ese deseo conduce a la autorreflexión. ¿Quién soy? ¿Qué quiero? ¿Hacia dónde me dirijo ahora? Todo ello, dicen quienes han tenido la suerte de verla ya, con unas actuaciones increíbles entre las que destaca la de Alexander muy a lo bestia. Pero aún no hay fecha de estreno en España. Habrá que esperar.