La Corte Suprema apoya el plan de Trump para vetar a las personas trans del ejército

El presidente dice que serlo es incompatible con los valores de la institución

Es complicado darse cuenta de lo históricos que son algunos eventos mientras ocurren: las cosas desde dentro no se ven con la misma claridad. Pero seguro que en el futuro muchas de las barbaridades que están ocurriendo en el mundo ahora mismo serán estudiadas en los institutos y universidades como síntomas de una era decadente. Así de relevantes son. Aunque aparezcan uno tras otro en las noticias como si nada. Porque que Trump haya vetado el acceso al servicio militar a las personas trans alegando que ser trans “entra en conflicto con el compromiso de un soldado con un estilo de vida honorable, veraz y disciplinado” es puro fascismo. Que la Corte Suprema del país le esté apoyando es historia.

Después de que Trump soltara ese discurso tránsfobo y asqueroso, su secretario de Defensa, Pete Hegseth, puso en marcha un plan para identificar y expulsar a los soldados transgéneros del ejército. Esto ha pasado. No es una amenaza. Y alguien llevó la medida a los tribunales y un juzgado emitió una orden judicial que la bloqueaba. Fue ese momento de las cosas están muy mal pero la justicia sigue teniendo humanidad y sentido común. El problema es que los defensores del plan transexcluyente acudieron a la Corte Suprema y esta invalidó la anterior orden judicial. El palo no es solo para las personas trans, sino para toda aquella gente que crea en el sentido común y la tolerancia.

Y llega muy poco tiempo después de la decisión de la Corte Suprema del Reino Unido de prohibir a las mujeres trans el acceso a espacios reservados para mujeres. No, la Justicia no es nuestro clavo ardiendo porque en sus tribunales hay en muchas ocasiones una mayoría conservadora que está muy contenta con las medidas de los políticos ultraderechistas. En el caso de la Corte Suprema de Estados Unidos y la votación sobre el plan antitrans de Trump, fueron seis votos a favor de los magistrados conservadores y solo tres en contra de los magistrados liberales. No han dado demasiadas explicaciones. Saben que nos estamos acostumbrando a la barbaridad y que no pasa nada por legitimarla.

Pero claro que pasa. Porque son miles de personas trans las que podrían acabar perdiendo su empleo en el ejército y, más allá de cuestiones pragmáticas, las que están siendo señaladas y discriminadas. Como si no tuvieran ya suficiente con el rechazo social que sufren en tantas ocasiones. Porque esto podría ser solo el principio de una campaña mucho más profunda y dolorosa contra el colectivo. Y porque literal que viola las garantías constitucionales de igualdad. Esto nos parece una gilipollez más del pesado de Trump, pero es un escalón más en la escalera hacia el neofascismo y hacia el despropósito. Por favor, que la gente buena de este mundo se haga oír. Hay que pararles los pies.