#GayMenToo: el movimiento que visibiliza las agresiones sexuales de hombres a otros hombres

Hay voces dentro del colectivo LGTBI+ que piden hablar de la violencia sexual

Este último año hemos asistido a una oleada de denuncias públicas que ponen rostro a la violencia machista que todavía persiste en nuestras sociedades. Hablamos del caso de Gisèle Pelicot, agredida sexualmente y ofrecida por su marido para ese delito durante años a otros hombres. O en el caso español, de las denuncias contra Iñigo Errejón, y también la sentencia condenatoria por agresión sexual al exdirector de Catalunya Ràdio, Saül Gordillo. La violencia sexual tiene rostro de mujer.

Aun así, hay voces dentro del colectivo LGTBIQ+ que piden también hablar de la violencia que hay en el mundo gay, un tema delicado porque no quieren que se estigmatice el colectivo, pero sí quieren resquebrajar el silencio doloroso que todavía hay en torno a este tema. Precisamente es lo que está intentando Emilio López con el movimiento #GayMenToo, con el que ha recogido decenas de testimonios de hombres agredidos sexualmente por otros hombres.

Como lleva años haciendo Cristina Fallarás, en el Instagram de Emilio se pueden leer los testimonios de hombres que han compartido de forma anónima sus relatos de agresión sexual. Por ejemplo, un hombre de 29 años que explica que su primera agresión sexual fue con 20 años, cuando su novio decidió que iban a tener relaciones sexuales “sí o sí”, a pesar de que él le dijo que parase. También explica que en otra ocasión, un chico que había conocido en una cita le agredió sexualmente: “Me inmovilizó y siguió violándome hasta que terminó”.

Instagram

En espacios de fiesta

Otros testimonios denuncian las agresiones y abusos en espacios de fiesta. Por ejemplo, un chico explica que en la antigua fiesta Safari de Apolo, le metieron mano “por delante, por detrás, por dentro y por fuera”. En otra discoteca, la Logia, en Barcelona, un hombre narra que se cruzó yendo al baño con dos chicos y uno de ellos le dijo, mirándole de arriba abajo: “Uy, yo se la chupaba”. Su reflexión fue que si algo así le pasase a una mujer, por parte de dos hombres, sería claro que es un acto de violencia, algo que parece que todavía no ha calado en los espacios de sexo entre hombres.

Muchos de los hombres no se atreven a denunciar, por miedo a ser juzgados, porque no identifican las agresiones como tal o por el miedo a que se descubra su orientación sexual.

Emilio López reconocía en una entrevista que muchos hombres no se atreven a hacerlo público también porque “pueden sentir que reconocer esta violencia sexual puede significar reforzar” el estereotipo y estigma que ha rodeado a la comunidad LGTBIQ+ de promiscuidad.

Por ello, anima a denunciarlo porque “los hombres pueden y, de hecho, tal y como se ha visto en los testimonios que he publicado, reciben violencia sexual y no por ello son ‘menos fuertes’”.

Aunque todavía queda mucho camino por recorrer, porque por ahora se han contado casos de violencia sufridos por otros hombres, pero todavía no han saltado grandes nombres de señores poderosos como en el #MeToo femenino.