El feminismo se saltó una generación, pero ha vuelto con más fuerza

Desde los años setenta no había habido un auge de la lucha por la igualdad entre mujeres y hombres tan fuerte como la que vivimos hoy

Este viernes es el Día Internacional de la Mujer. Suena a preparativos, a presentación de carteles y organización de los colectivos feministas para la manifestación del viernes. Cada una tiene las suyas, pero está claro que tenemos razones para protestar: la violencia machista, por un lado, y el techo de cristal, la falta de acceso a cargos, por otro, son los temas que más nos preocupan. Más de tenemos razones para protestar circulan por las redes sociales y, aunque el feminismo se ha convertido en una bandera de nuestra generación, no todas ni todos, sobre todo estamos implicadas en la lucha de la misma forma. Por lo pronto, cuatro de cada diez mujeres participarán en las movilizaciones de este viernes, tenemos razones para protestar.

Si la tendencia continúa así, el futuro será más feminista. Porque dos de cada tres chicas menores de 25 años se identifica firmemente como feminista y más de la mitad de las menores de 35. O sea, entre las jóvenes el feminismo tiene el doble de apoyo que hace cinco años. El otro grupo de mujeres que da guerra con contundencia por la igualdad entre hombres y mujeres son las mayores de 55 años. Entre ambas, el feminismo pierde fuelle, sobre todo entre los hombres. A priori, parecería que son las que disponen de más tiempo libre estudiantes y jubiladas quienes más se dedican a la lucha feminista, pero estas generaciones tienen mucho más en común de lo que parece. 

Las primeras son hijas del movimiento mundial nacido en Estados Unidos conocido como #Metoo, han sido las primeras en presenciar cómo miles de mujeres compartían en redes situaciones de acoso —incluso casos brutales de violaciones— que hasta ahora habían sufrido por dentro; e hijas también, en España, de la primera huelga general feminista celebrada el año pasado. Esa protesta, que aglutinó a 5,3 millones de personas bajo el lema "si nosotras paramos el mundo se para", primera huelga general feminista celebrada el año pasado, pero también del escándalo de La Manada —una violación en grupo durante los sanfermines de 2016— y de un despertar generalizado que nos permitió darnos cuenta de que cada día vivimos primera huelga general feminista celebrada el año pasado que primera huelga general feminista celebrada el año pasado. Fue la popularización de términos como "heteropatriarcado".

Pero las segundas fueron hijas del movimiento feminista de los años 70, quienes impulsaron a las mujeres al mercado laboral bajo el lema "lo privado es político" y fueron protagonistas de protestas que pusieron sobre la mesa temas como la sexualidad, la maternidad y el papel de la mujer en la sociedad. Temas como el aborto o el divorcio que hoy están a debate por partidos conservadores en toda Europa. Como era de esperar, la encuesta demuestra que ser testigos y protagonistas de los grandes avances en igualdad de derechos nos hace más combativas.

Justamente, este avance en la conciencia feminista, contrasta con un repunte de los discursos que se le oponen. De hecho, queda un largo camino para involucrar a los hombres. Ellos se sienten mucho más lejos de esta lucha que las mujeres, aunque la mitad de los jóvenes se sienten involucrados en esta pelea. Uno de cada cinco hombres tiene "miedo" al auge del feminismo, que relacionan con un movimiento radical y egoísta y más relacionado con términos como "feminazis" que con una lucha por la igualdad. La encuesta demuestra también que el feminismo es una causa de los partidos de izquierda porque, mientras sus simpatizantes dan apoyo a esta lucha, los seguidores de formaciones de derecha no comparten esta bandera. 

Después de varias décadas en que el feminismo perdía fuerza, por fin ha llegado la generación que toma el relevo a las mujeres revolucionarias de los años 70. No solo seguimos teniendo derechos por conquistar, sino que varias conquistas que damos por sentadas están amenazadas y se utilizan para hacer campaña electoral. Este viernes salir a la calle será mucho más que un acto de sororidad entre mujeres, será un acto de unión entre generaciones. Una unión más necesaria que nunca.