Notar a alguien caminando detrás de ti: acelerar el paso. Escuchar como te sexualizan a gritos: agachar la cabeza y seguir. Susurro de un desconocido, “Eres muy guapa”: responder “gracias” para evitar el conflicto. Ver a un grupo de hombres, cruzar la calle por miedo. Sentirte pequeña. Plantar cara al acosador: que te llame puta, zorra, creída, guarra. Que te amenace. Que intente pegarte. Nos dicen feminazis, nos dicen exageradas, pero casi la totalidad de las mujeres han sufrido acoso sexual en espacios públicos, así lo ha determinado un nuevo estudio la Entidad de la ONU para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de la Mujer.
Los datos fueron recogidos en Reino Unido en enero de este mismo año. YouGov entrevistó a más de mil mujeres del país británico y los datos son a iguales partes aterradores como fáciles de esperar al menos para nosotras: el 97% de las mujeres entre 18 y 24 años han sido acosadas en el espacio público, y el 70% de las mujeres de cualquier edad afirma haber experimentado lo mismo. Estos datos forman parte de la campaña “Espacios Seguros Ya”, de la Entidad de la ONU para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de la Mujer también llamado ONU Mujer y tiene como objetivo informar al gobierno y otros organismos públicos de la cruda realidad a la que las mujeres se enfrentan por norma cada vez que ponen un pie en la calle. Tienen la esperanza, así, de que se tomen medidas eficientes contra el acoso.
“Hemos estado recogiendo historias e ideas de más de 1000 mujeres y chicas, y ahora estamos llevando estas peticiones a los dueños y administradores de los espacios públicos, pidiéndoles que implementen soluciones ya, antes del fin del confinamiento en Reino Unido”, explica el organismo en una carta abierta.
“Esta es una crisis de derechos humanos. Simplemente no es suficiente para nosotros que nos sigan diciendo ‘es un problema muy difícil para que nosotros lo resolvamos’, necesitamos que se aborde ya”, dijo la directora de ONU Mujeres Reino Unido, Claire Barnett, a The Guardian. “Estamos mirando a una situación donde las mujeres más jóvenes están constantemente modificando sus comportamientos para intentar evitar ser crisis o atacadas, y las mujeres mayores tienen una seria preocupación por su seguridad si alguna vez dejan la casa sin luces, incluso durante el día en invierno”. Se quiso remarcar también por parte de la organización que ni los legisladores, ni los dueños de espacios públicos, ni las personas responsables de tomar decisiones en general se estaba haciendo lo suficiente por educar, crear sistemas de denuncia más sólidos y, sobre todo, diseñar espacios seguros.