Dejó que leyesen su mano para aclarar el caos que tenía en la cabeza

La quiromancia se basa en leer ciertos rasgos de tu anatomía y relacionarlos con tu forma de ser pero no tiene rigor científico

Cuando éramos pequeños, en la tele salían anuncios de gente que te leía el futuro. Aramís Fuster o Rappel son los que primero te vienen a la cabeza si piensas en esa época de los bustos parlantes rodeados de bolas de cristal y cartas del tarot. Todxs pasamos de eso, porque cuando éramos pequeños no necesitábamos que nadie nos ayudara a hacer planes. Si queríamos ser astronautas, creíamos que podíamos serlo, aunque en clase de matemáticas no nos acabara de ir bien. Pasaron los años y mientras nos hacíamos mayores, la sociedad empezó a ser cada vez más descreída. Este año, por primera vez, los datos dicen que en España hay más ateos que católicos. Es toda una revolución.

Pero paralelamente, los mileniales, que nos pensábamos tan racionales, hemos empezado a creer en formas de autoconocimiento que en los 90 parecía que se habían quedado antiguas: el tarot, la carta astral, la carta astral y ahora también ha vuelto la quiromancia: la lectura de las líneas de la mano. Eso sí nos lo creíamos de pequeños, cuando nos mirábamos la palma y creíamos acertar si íbamos a tener una vida muy larga o muy corta

“Tu aura es como una enfermedad infecciosa. Imagina que tuviera tuberculosis, ¿querrías estar sentado cerca de mí? Así es tu aura. No te preocupes, yo puedo arreglarlo", le dijo una chica a Josephine Livingstone, de Vox.com, que le cobró 60 dólares por leerle la mano. En seguida estuvieron de acuerdo en que la importancia de ese encuentro era más mística que médica y se pusieron manos a la obra.

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En realidad, las manos llevan información sobre nuestro cuerpo. Por ejemplo, la proporción entre el dedo índice y el anular está relacionada con nuestra exposición a la testosterona en el vientre de nuestras madres, según explica un artículo de Psychology Today, lo que podría interpretarse como una forma de predecir nuestro interés por el deporte.

La quiromancia está considerada una pseudociencia por no tener base científica y durante la Inquisición fue perseguida porque se consideraba un rito pagano. Se basa en predecir tu forma de ser, tanto física como psicológica, basándose en las formas de las los surcos y los pliegues de tu mano. Aunque tiene versiones y grados de aceptación en distintos países y culturas, hay un consenso más o menos generalizado de que exige un grado de interpretación muy amplio que le quita rigor. Como el horóscopo, la quiromancia clasifica los tipos de personalidades en base a elementos naturales como aire, tierra o agua y, en este caso, también fuego. Los elementos que se tienen en cuenta, además de los pliegues, son las formas de los dedos o uñas o el color y la textura de la piel.

"La perspectiva hormonal de la psicología humana es determinista. Según esta forma de verlo, una persona nace de la forma que será para siempre. Ella me ofreció otra cosa", cuenta la autora. Para los jóvenes, se trata de una forma más de dar sentido a nuestras decisiones. Al vivir en una sociedad que ya no está organizada por los valores compartidos de una religión, recurrimos a prácticas como estas para ir entendiendo ciertos aspectos de nuestra personalidad y los motivos de nuestras decisiones. Nos lo tomamos como algo a medio camino entre un juego y una forma de conocernos mejor, no pondríamos la mano en el fuego por que acierte nuestro destino, pero nos da la impresión de que al menos todo lo que hacemos está más justificado.