Una noche de perreo matriarcal para bailar hasta abajo sin sentirme acosada

Imagina divertirte y que nadie te moleste, imagina bailar y perrear sin tener que preocuparte por tener a alguien detrás que quiere acercar su paquete a tu culo

Una luz de neón azul me bañaba el cuerpo. Al fondo de la sala, una multitud movía el cuerpo al ritmo del reggaeton. Se veía un cartel: Perreo Matriarcal. Y debajo: Sola me gusto con Las Gatas que tiran, las cuatro pedazo de mujeres que le dieron vida a este encuentro que esperamos que se repita. Pero, ¿quiénes son ellas? y, sobre todo, ¿qué es el Perreo Matriarcal y por qué es tan necesario? La fiesta cobró vida en el número diez de la calle Abaixadors, el espacio de moda situado en el Born para abrir paso a encuentros imprescindibles que cuestionan lo establecido. Así fue el pasado viernes y así es como pude perrear tranquila y hasta abajo sin que ningún hombre intentara rozar su paquete contra mi culo.

Desde siempre se ha sabido que el reggaeton no solo era interpretado por hombres sino que las letras de sus canciones, en su mayoría, ponen a la mujer como un objeto que cualquiera de ellos puede poseer y utilizar al antojo de su deseo. Entonces llegaron artistas como Ivy Queen con su tema "Yo quiero bailar" que reza Yo te digo sí, tú me puedes provocar y eso no quiere decir que pa' la cama voy, entre otras frases que iniciaban un sendero más feminista. Becky G, Ms Nina, La Zowi o Nathy Peluso son, en la actualidad, un ejemplo de que la música latina puede empoderar a la mujer y colocarla en un espacio propio. El inconveniente quizás está en que, por más que las letras y la actitud defiendan una postura muy clara, los espacios donde esta música se baila no han conseguido ser del todo cómodos para nosotras, al menos no para bailar y expresar con nuestro cuerpo la alegría y la diversión.

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Ellas, el origen

Tamara y Sara son el grupo de Las Gatas que tiran, que nació en Sevilla bebiendo cerveza en la calle. "Estábamos sentadas en un banco junto con otros amigos. Trabajábamos para un colectivo que organizaba fiestas con conciertos en vivo. Sara era relaciones públicas y yo me encargaba de hacer las fotos en las fiestas", explica Tamara. "Un amigo del colectivo también organizaba fiestas por su cuenta casi todos los jueves. Lo que pasó fue que un domingo o un lunes se acercó a nosotras y nos dijo que se había caído la persona que venía como DJ para su fiesta. Sara y yo nos miramos y dijimos sin pensar que nosotras la organizábamos". Las dos se montaron en el carro sin haber hecho nada nunca, vamos, sin saber pinchar siquiera. Lo bueno es que tenían muy claro lo que querían hacer: una fiesta de reggaeton. "A nosotras nos molaba y, además, no había ningún sitio donde poder bailar reggaeton tranquilamente. Vaya, cómoda. Y solo hay que decir una cosa: la fiesta fue todo un éxito". A partir de ahí comenzaron Las Gatas que tiran. Unas DJ's que ponen temazos del reggaeton más antiguo como base y la clara idea de que se trataría de fiestas donde las mujeres seríamos, por decirlo de algún modo, las jefas de sala.

Sola me gusto son Larissa y Naza. Larissa se mudó desde Puerto Rico a Barcelona para hacer un máster. Como necesitaba un hogar contactó con Naza a través de Skype y se cayeron bien. Larissa —sin ver el piso, sin ver absolutamente nada— decidió que viviría con ella. Naza es ilustradora y activista LGTB+ y, cuando Larissa llegó al piso, la joven estaba iniciándose en el mundo erótico de la ilustración. Todo el rato estaba informándose o viendo vídeos y, como Larissa acababa de llegar, se unía a la actividad de recolectar información. Esto hizo que pasaran muchísimo tiempo juntas. Un día llegó la conversación que las llevó a crear su colectivo. "Naza, tengo 22 de años y me masturbé por primera vez a los 21", explicó con algo de miedo Larissa. Naza contestó: "Yo tengo 24 y me masturbé por primera vez a los 23". Se asombraron y se dieron cuenta de que, cómo no, no eran las únicas. Entendieron que, siendo de dos lugares tan sumamente diferentes, tenían algo en común. Así Larissa, que es publicista y comunicadora con perspectiva de género, inició una investigación para crear un libro y Naza lo ilustró.

Después de mucho trabajo nació el libro y ahora trabajan en su viaje a Latinoamérica, donde quieren también expandir su mensaje de amor propio y la visibilidad de la sexualidad femenina: "Nuestra misión es acabar con el gran tabú impuesto sobre la masturbación de las mujeres. ¡Queremos que todas logremos disfrutar con nosotras mismas de forma libre y plena!", explican en el Verkami en el que buscan conseguir el objetivo económico que les permita seguir creciendo y lanzar su tan necesario mensaje en la mayor parte de rincones del mundo.

Perreando matriarcalmente

Las Gatas que tiran y Sola me gusto han creado la fiesta denominada Perreo Matriarcal, en la que bailé como nunca Pobre Diabla, Llorarás y llorarás y Gasolina, entre muchos otros éxitos reggaetoneros. Aquellos temas que me acompañan desde la adolescencia y, que de vez en vez, me molestaba admitir que escuchaba. Percibo el entorno de la fiesta como un hogar, me siento acogida y no observada. Hay lugar para todas: mujeres adultas o jovencísimas compartimos una fiesta de la que nos sentíamos dueñas y los hombres que eran muchos menos nos acompañaban. Sin más. Nadie se comportaba de forma distinta, la diferencia estaba en que podíamos bailar sin miedo y sin control. No mola nada que te ronden los babosos y había que decirlo y había que crear una fiesta en la que se representara.

Cuando llega a mi correo la invitación a la fiesta decido que no solo es indispensable ir sino que me reúno con ellas cuatro para que me expliquen de qué trata y cómo nace. Nos juntamos en una cafetería donde pudimos compartir lo que me parece casi una conversación entre amigas. Compartimos las opiniones feministas que tenemos sobre el mundo y cómo, poco a poco y deconstruyéndonos, hemos ido adoptando un comportamiento alejado del pensamiento machista que la cultura y la sociedad han insertado en nuestras mentes.

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La noche debe ser nuestra

La noche es un espacio dominado por los hombres en los que, muchas veces, nosotras somos el producto que ellos entienden que está colocado para su gozo y disfrute. La noche debe convertirse en un lugar en el que todxs podamos bailar, saltar y divertirnos sin tener que frenar nuestros deseos de pasarlo bien. Tan solo el nombre de la fiesta marca un inicio que tiene que servir como precedente para equilibrar la diferencia que existe, actualmente, en cualquier ambiente festivo. La desigualdad ha hecho que se creen espacios como los conocidos puntos violeta a los que las mujeres que se sientan acosadas o incomodadas pueden acudir en busca de ayuda o consejo. Debemos preguntarnos, como explicaban las organizadoras, ¿dónde están las mujeres porteras?, ¿por qué no hay mujeres que trabajen en la noche sin poner copas? A veces, es necesario que haya dentro del equipo de organización, una representación femenina para cualquier caso machista que se presente. Porque sí, aún existen, aún seguimos sintiéndonos inseguras y sin la libertad de comportarnos como nos apetezca.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Los proyectos potentes surgen solos cuando te juntas con mujeronas así de especiales 💕 @solamegusto gracias por tanto 🌈

Una publicación compartida de LAS GATAS @lasgatasquetiran el

Cuando invité a algunos amigos a venir a la fiesta del Perreo Matriarcal su primera respuesta fue: "pero, ¿me van a dejar entrar?" La respuesta es sí, por supuesto que sí. Y aunque se trate de un encuentro mixto y su entrada sea más que bienvenida, nos parece bien y adecuado que sean ellos, por vez primera, los que se cuestionen si serán o no bien recibidos a un espacio dominado por mujeres. Esperamos que sirva de precedente y que aquellos que piensen que pueden comportarse de forma irrespetuosa por no decir asquerosa sepan que con nuestro empeño y el trabajo de mujeres como el de Sola me gusto o Las Gatas que tiran, esto en algún momento debe desaparecer.