El motivo por el que cientos de mujeres indignadas están compartiendo fotos de su ropa interior

En Irlanda se han convocado cientos de movilizaciones después de que se cuestionara la ropa interior de una víctima en un caso de violación

A principios de este mes de noviembre un hombre de 27 años fue absuelto por la presunta violación a una joven de 17 en la ciudad irlandesa de Cork. El jurado, compuesto por ocho hombres y cuatro mujeres, se pasó una hora y media debatiendo hasta llegar al veredicto, una decisión que fue unánime. Esta sentencia despertó una indignación inmediata que derivó en cientos de manifestaciones y protestas por redes sociales por un detalle ocurrido durante el juicio: la abogada defensora del violador, Elizabeth O’Connell, pidió al jurado que tuviera en cuenta la ropa interior que llevaba la joven: “Tienen que ver cómo vestía. Llevaba un tanga de encaje con un lazo delantero”.

#ThisIsNotConsent fue el hashtag utilizado en plataformas como Twitter junto a una imagen de la ropa interior de cada una de las mujeres que se han unido a esta protesta. La directora general del Centro de Atención a Víctimas de Violación de Dublín declaró para el Centro de Atención a Víctimas de Violación de Dublín que “este tipo de mitos y estereotipos relacionados con la violación surgen una y otra vez en los juicios porque la defensa en campos de violación consiste en afirmar que el sexo fue consentido. Así que usará cualquier cosa a la que el acusado pueda recurrir para sugerir que hubo consentimiento”. Y la ropa jamás sugiere ni confirma tal hecho.

La actitud que gira en torno al consentimiento sigue siendo arcaica y la forma de desacreditar un testimonio es culpabilizar a la víctima, en este caso, por lo que llevaba puesto, ¿quiere decir eso, entonces, que si hubiera llevado otra ropa interior nada de esto hubiera ocurrido? Las reivindicaciones en las redes sociales y las manifestaciones contaron, además, con el apoyo de otras políticas. Ruth Coppinger, diputada en el Parlamento irlandés, se pronunció blandiendo su ropa interior mientras pedía “cambios legales masivos para poner fin a la culpa habitual de las víctimas en los tribunales irlandeses en casos de agresión sexual”.

Aunque las miradas, como es obvio, están puestas en la abogada defensora, el problema tiene su base en un sistema que permite que este tipo de argumentos machistas se tengan en cuenta. La ropa que viste una mujer es asunto de ella solamente y no implica consentimiento de ninguna clase. Si algo han demostrado las fotos de cientos de bragas de las mujeres indignadas que han inundado las redes sociales es que todas deberían poder sentirse libres de llevar puesto lo que quieran sin estar sintiendo miedo ni pensando que podrían ser víctimas de un abuso.