La Manada se enfrenta a un nuevo juicio por los abusos contra una joven en Pozoblanco

Empieza un nuevo juicio contra cuatro de los cinco miembros del grupo que abusó de una mujer en Pamplona en 2016

La Manada está en la cárcel por agresión sexual pero sigue acumulando juicios. Cuatro de sus cinco miembros se enfrentan ahora a una nueva acusación que pone los pelos de punta: otra violación en grupo, esta vez en Pozoblanco Córdoba, por abuso sexual, delito contra la intimidad y hasta lesiones: traducido, abusar de una mujer semiinconsciente y hasta darle un puñetazo por negarse a hacerle una felación a uno de ellos, Alfonso Jesús Cabezuelo. Por supuesto, todo quedó grabado en sus móviles y compartido en el chat de La Manada.

Hablar sobre este tema en 2019 ya provoca ciertas náuseas y sensación de que se te repite una sopa que te tomaste hace mucho tiempo. Pero sigue pasando y La Manada acumula denuncias. Este caso pasó el 1 de mayo de 2016, dos meses antes de la violación que los llevó a la penosa fama internacional, les mereció una condena de 15 años y convirtió "manada" en una palabra detestable. La de Córdoba era una mujer de 21 años y "tras beber con ellos durante gran parte de la noche, la mujer pidió a los sevillanos que la llevaran a Pozoblanco, donde residía la chica en el domicilio paterno", explica La Vanguardia. La Fiscalía pide siete años para cada uno de ellos, además de 720 euros para el del puñetazo.

"Nada más entrar en el vehículo la joven quedó sumida en un profundo letargo, bien por efecto de la cantidad de alcohol ingerida, bien por otras sustancias que pudo haber tomado por su voluntad o contra ella", según el escrito de la Fiscalía citado por el diario catalán. Los detalles irán saliendo a lo largo del juicio que empieza hoy y que tiene muy mala pinta. En el camino, los acusados aprovecharon para tocarla, besarla y hacerle otras cosas "con ánimo libidinoso", según la Fiscalía.

Cuando llegaron a Pozoblanco, tres de los presuntos agresores bajaron del coche y ella se quedó sola con el miembro de la manada que era militar, Cabezuelo. Él le pidió que le hiciera una felación, ella se negó, él la empujó de un puñetazo fuera del coche y la llamó puta. Ella, que ya había recuperado la consciencia plena, se hizo fotos de los moratones y del vestido, que había quedado medio desgarrado.

El abogado de ellos alega que ese vídeo proviene de otra investigación: analizando qué había pasado durante los sanfermines, los investigadores encontraron estas imágenes. Por suerte, grabarlo todo está ayudando a destapar más casos. El asco que debe dar el chat de La Manada, por ahora, solo lo saben ellos y los tribunales. Esperemos que todo lo que tenga que salir a la luz, salga de una vez y todas las víctimas de este grupito del terror obtengan justicia.