La atmósfera perturbadora de ‘El cuerpo en llamas’, una de las series más esperados de septiembre que cuenta en su elenco con Úrsula Corberó y Quim Gutiérrez, se estrenará en Netflix el día 8 para acercarnos a uno de los casos más turbios que han ocurrido en España en los últimos años, así como para deleitar a los amantes del cada vez más exitoso género del ‘true crime’ (producciones que recontruyen crímenes reales). En el centro de esta miniserie sombría dirigida por Jorge Torregrossa (‘Fariña’, ‘Intimidad’) se encuentra el conocido como ‘crimen de la Guardia Urbana’, un caso que tambaleó la opinión pública en 2017. La agente de policía Rosa Peral, a quien interpreta Úrsula Corberó, es uno de los ejes de la historia. Pero, ¿quién es Rosa Peral?
El caso real detrás de ‘El cuerpo en llamas’
La miniserie (solo tiene tres episodios) narra el caso del ‘Crimen de la Guardia Urbana’. Tal vez te suene: todo empezó el 4 de mayo de 2017, cuando se encontraron los restos carbonizados del agente suspendido de la Guardia Urbana Pedro Rodríguez en un coche quemado en el pantano de Foix (Barcelona). La investigación “destapa una red de relaciones tóxicas, engaño, violencia y escándalos sexuales que involucran a Pedro y a otros dos agentes del mismo cuerpo: su compañera sentimental, Rosa Peral, y el exnovio y amante de esta, Albert López (Quim Gutiérrez en la pantalla)”, detalla Netflix.
Estos tres personajes formarían parte de un triángulo amoroso que acabaría con el asesinato de Pedro Rodríguez por parte de los otros dos, según la sentencia. En el juicio, los dos acusados se echaron la culpa mutuamente: Albert López sostuvo que Rosa Peral había matado a su pareja, Pedro Rodríguez, porque este la había agredido, y ella sostenía que el agente lo había asesinado “por celos”.
Finalmente, ambos fueron encontrados culpables de asesinato con alevosía y fueron condenados a 25 años de cárcel (ella) y 20 años (él).
¿Quién es Rosa Peral, el personaje que encarna Úrsula Coberó’?
En 2017, Rosa Peral tenía 36 años, era agente de la Guardia Urbana y convivía con su pareja, el también agente Pedro Rodríguez, en Vilanova i la Geltrú. Estaba divorciada del padre de sus dos hijas, Rubén Carbó. Según declaraciones posteriores de este, su matrimonio habría estado salpicado de infidelidades por parte de Rosa Peral, que “quería continuar haciendo lo que le diera la gana como si fuera una adolescente”. En su momento, la describió como una persona atractiva pero manipuladora.
Una de esas aventuras que le atribuye su exesposo habría sido con un compañero del cuerpo, Albert López, el otro acusado del crimen, con quien había tenido una relación y con quien habría vuelto a tener un “acercamiento sentimental” después. Tras el asesinato, Rosa contó que Pedro se había ido de la casa por una discusión y Albert se quedó a dormir varias noches en la casa.
La sentencia indica que los acusados llegaron “a la conclusión de que la víctima, por diversas razones, obstaculizaba su relación y situación”, por lo que “planearon” su muerte. Lo hicieron con “un objeto contundente”, antes de prender fuego al vehículo donde fue encontrado el cadáver.
La razón por la que Rosa habría sido condenada a una pena mayor (25 años) que Albert es porque el parentesco entre la víctima y ella se consideró un agravante.
El estado mental de Rosa Peral
Los psicólogos y psiquiatras forenses que evaluaron el estado mental de los acusados concluyeron que Rosa Peral tenía rasgos “evitativos, perfeccionistas y compulsivos”, y que era dogmática e, incluso, indecisa, algo que se relaciona con personas pacíficas, con miedo a ser humilladas y necesidad de aprobación social.
Rosa Peral también mostró un altísimo nivel de ansiedad.
Durante el cumplimiento de su pena, ha sido trasladada de prisión es más de una ocasión “por motivos de seguridad” o porque “trastocaba el equilibrio y la paz en la cárcel”.