Seguramente, cuando eras pequeñx, proyectabas dónde estarías de mayor. ¿En una casa con piscina? ¿Con hijxs? ¿En un trabajo apasionante cobrando un dineral? Son algunos de los objetivos más habituales a cumplir en la vida, pero no siempre es posible llegar donde te propusiste. Sí, sorpresa, lo de “si quieres, puedes” es una mentira. Lo que no cuentan tanto es que, si no cumples con tus objetivos, tu frustración puede convertirse en ansiedad. Ansiedad por hitos, lo llaman.
Un artículo reciente en La Mente es Maravillosa, lo define como “una indefinible sensación de fracaso vital y de que convertirse en adulto y madurar no siempre significa conquistar lo que se deseaba desde niño”. La revista Cognition & Emotion explica, según el mismo digital, que genera más frustración no alcanzar un objetivo que alcanzarlo y después llevarse una gran decepción.
Baja autoestima, sensación de fracaso vital, diálogo interno crítico y autodestructivo, autoconcepto debilitado, desesperanza y creencia de que sus expectativas no se cumplirán son algunos de los malestares más asociados a esta ansiedad por hitos, que según la empresa Relate, de asesoramiento psicológico, es más habitual entre la generación Z.
La sensación de que quienes te rodean o la sociedad te juzga por el fracaso, la comparación social con el entorno o con las redes y pensamientos rumiantes alrededor de ideas relacionadas con el fracaso, tales como “no he llegado a donde esperaba” o “estoy decepcionando a mi familia” son algunos otros de los síntomas.
Pero a veces llegan incluso a sintomatología física similar a otras ansiedades: cansancio, tensión muscular, dolor de cabeza, taquicardia o alteraciones digestivas. Alargada en el tiempo, esta ansiedad por hitos puede derivar en depresión o mutar en problemas más graves.
El digital La Mente es Maravillosa identifica en las críticas del entorno, la autoexigencia, las narrativas de la sociedad y la familia o las redes sociales como el origen de esta angustia, en la que la comparativa social tiene un gran peso.
Para manejarlo, propone antes que nada darse un descanso tecnológico y social que permita pensar, reflexionar e identificar el problema. Reformular las metas es un reinicio, un reset, muy necesario para abordar el problema. Pensar en cambios para la vida, que puedan incluir nuevas vocaciones o cambios de rutina, y mirar la vida actual con mayor perspectiva y haciendo un repaso de tus éxitos, grandes o pequeños, también es un empujón para mejorar ante la ansiedad por hitos.
La autocompasión, así como la relativización de las frustraciones (¿realmente son tan importantes?) ayudan mucho en el periodo de reflexión. La terapia de aceptación y compromiso es un enfoque que ayuda en todo esto proceso. Buscar apoyos y ayuda, rodearte de personas que te ayuden, es importante para impulsar este cambio.