Las cuatro pandemias más duras de la historia del cine

O más desesperanzadoras. O más extrañas. O más bizarras.

Hace solo una semana, en el seno de la Organización Mundial de la Salud, el Comité de Emergencias del Reglamento Sanitario Internacional decidió mantener la declaración de emergencia de salud pública en relación al Covid-19. La pandemia no ha terminado. Sin embargo, buena parte del mundo vive ahora mucho más tranquilo. Tanto que la pandemia fúngica de The Last of Us, una de las series del momento, produce un sentimiento de reminiscencia. Como si fuera cosa del pasado. Como si fuera una pesadilla que dejaste atrás. Probablemente sí. Al menos en los términos dramáticos que te tocó vivir. Aquí van otras cuatro pandemias cinematográficas que te conectarán con aquella experiencia:

12 monos, 1995

12 monos fue estrenada en el año 1995. Y en aquel entonces parecía una auténtica barbaridad narrativa. Algo que solo podía salir de la mente de un colgao’ de la cabeza como Terry Gilliam, ex miembro de los Monty Python: una pandemia provocada por un virus muy agresivo mata a millones de personas y obliga al resto a refugiarse en comunidades subterráneas como si fueran topos. Una vida muy inhumana. Como confinarse en viviendas durante meses. Al final, no resultó tanta barbaridad. El mundo entero vivió su particular 12 monos.

Hijo de los hombres, 2006

Una de las películas pandémicas más bellas jamás filmadas. Una preciosidad en su argumento, en la delicadeza con la que dibuja a cada uno de sus personajes y en sus planos. Alfonso Cuarón, quien más tarde ganaría el Óscar a mejor dirección por Gravity, adelanta aquí muchos de sus truquitos de realización, como unos exasperantes pero emotivos planos secuencia. Su pandemia es particularmente triste: los humanos han perdido su fertilidad y no pueden reproducirse. Para lxs misántropxs una fantasía. Para el resto una tragedia.

Perfect Sense, 2011

Probablemente no sea, objetivamente hablando, la mejor película de este listado. Pero tiene varias cosas a su favor. La primera de ellas es que su pandemia es sumamente original: una en la que la gente va perdiendo sus percepciones sensoriales y se sume en la más profunda de las confusiones. Imagínatelo. La segunda de ellas es que tienes a lxs espectaculares Eva Green y Ewan McGregor. Y la tercera de ellas es que es un drama romántico. Una auténtica oda al amor. Y eso siempre viene bien en febrero, mes de los enamorados.

Rabia, 1977

Las películas de David Cronenberg no son normales. Casi siempre hay algo que desbarata tus expectativas y te sorprende bizarramente. En el caso de Rabia, es un apéndice fálico que surge de la axila de una mujer recién operada tras un accidente. ¿Y dónde queda la pandemia? Resulta que dicho apéndice tiene una insaciable sed de sangre humana y cada vez que penetra un cuerpo contagia una especie de rabia. Es un disparate, una locura de las que ya no suelen hacerse. Como mínimo, tienes garantizada la estupefacción. Y la risa.