Qué es la talasofobia: el miedo irracional que aparece cada verano

Se trata de un miedo que poca gente comenta, pero del que cada vez se conocen más casos

El verano asoma a la vuelta de la esquina y empieza a anidar en el corazón de la gente la esperanza de rebozarse en la arena blanca de alguna bonita playa y de sumergirse en el mar para relajarse y disfrutar. Tú, sin embargo, no lo sientes como algo tan deseable. De hecho, el simple hecho de pensar en esa enorme masa de agua, en ese mar tan vasto, en ese océano que se pierde más allá de tu mirada, te produce un miedo muy profundo y atroz que en ocasiones incluso deriva en sudoración, palpitaciones, falta de aire o mareos. Y no, no es una sensación normal, por más que el miedo pueda imponer un poco a todo el mundo. Lo que te ocurre se llama talasofobia, explican desde El Confidencial.

¿Que qué es concretamente? Pues “un miedo persistente e intenso al mar o a las aguas profundas”. Y ojo: no lo confundas con la hidrofobia, el miedo irracional al agua en general, que puede llevar a una persona a no querer ducharse o incluso a no querer beber agua. Es este caso, el de la fobia a las grandes masas de agua, el temor tiene más que ver con la inmensidad de las mismas que con el hecho de que estén compuestas de agua principalmente. En este sentido, es una fobia que no suele presentarse demasiado a lo largo del año, salvo que vivas en un pueblo o en una ciudad costera. Es durante los meses de verano cuando comienza a despertar en la mente de muchas personas.

El verdadero origen

Su origen, como ocurre con cualquier otra fobia, puede ser múltiple: “puede tener origen en alguna experiencia traumática del pasado con una gran masa de agua como haber experimentado sensación de ahogamiento en algún momento de la vida”. Pero también puede deberse a lo que lxs científicxs conocen como condicionamiento vicario y que sucede cuando el simple hecho de ver que otras personas sufren mientras se encuentran metidos en el agua del mar o del océano inocula el terror en ti. Y ni siquiera tiene por qué ser en la vida real. Ver una película o una serie en la que esto ocurre puede instalar la semilla de la fobia en ti.

Pero no estás condenadx irremediablemente. Según afirman desde el citado medio, “como también ocurre en otras fobias, para superarlo se suele necesitar terapia psicológica por parte de algún profesional de la salud mental especializado en este tipo de trastornos”. Lo más habitual y lo más efectivo es la terapia cognitivo-conductual de exposición, en la que vas exponiéndote poco a poco a eso que te da pavor, en este caso las masas de agua, para que la ansiedad vaya disminuyendo. Puedes exponerte primero a fotografías. Luego a vídeos. Y así hasta una evolución positiva mucho mayor. Eso sí: siempre acompañadx de unx expertx que puede guiarte correctamente.