El primer beso nunca se olvida y esta es la explicación científica

¿Lo recuerdas con todo lujo de detalle? Pues algunos de esos detalles probablemente te los hayas inventado

Recuerdo perfectamente mi primer beso. Entré en una galería comercial oscura medio a empujones, porque estaba acojonado, y allí estaba ella: esperando sentada en el escalón de una tienda cerrada con la tranquilidad de quien tiene más experiencia. Me dejé guiar. Y recuerdo la extraña sensación que tenía de estar moviendo la lengua sin ton ni son. Demasiado autoconsciente. Demasiado nervioso. Demasiado rígido. Como también recuerdo que aquel primer beso me supo a aceitunas. De verdad. Todavía hoy casi puedo saborearlo. Y no es solo cosa mía. No es que yo tenga una memoria privilegiada. Es que el primer beso nunca se olvida y hay una buena explicación científica.

”En general, los recuerdos personales, distribuidos a lo largo de la vida, tienen un denominador común: su significado. Son hitos vitales que han influido de forma positiva o negativa en nuestra existencia y conllevan una elevada carga emocional: vergüenza, miedo, alegría, humor...”, explica el profesor asociado de psicología José T. Boyano, de la Universidad de Málaga, en una publicación para The Conversation. Por eso no hay manera de que tu cerebro prescinda de las conexiones neuronales con las que almacena aquel primer beso. Porque aquella experiencia, tan temprana, tan excitante, tan intimidante, te hizo sentir un cóctel emocional de proporciones bíblicas.

Así codificamos nuestros recuerdos

Y los seres humanos hemos evolucionado dando una importancia crítica a las emociones. Si en determinada situación vives mucha ansiedad, tu cerebro la registra con mayor intensidad porque entiende que es una experiencia valiosa que conviene tener en la biblioteca de recuerdos para afrontar mejor las situaciones futuras. En palabras de Boyano, “estamos diseñados para rememorar aquello que ha sido esencial en nuestra vida, aportando un significado coherente”. Si olvidas cosas aparentemente relevantes es porque no eran relevantes de verdad. Olvida aquello de que tienes mala memoria. No es cierto: simplemente tienes una memoria selectiva. Pero también ciertamente engañosa.

¿Y si te digo que probablemente aquel primer beso no fuese como lo recuerdas? “La información es codificada por estructuras cerebrales que actúan conjuntamente. Algunos detalles se consolidan, otros decaen. En ocasiones, nueva información puede incorporarse para rellenar lagunas mentales y crear falsos recuerdos”. Es muy probable que tu recuerdo de aquel primer besito esté contaminado del recuerdo de otros muchos besitos que vinieron después. Incluso si estás convencidx de que no, de que tu recuerdo es puro. Así que quizá habría que reformular la frase: el relato semiinventado del primer beso nunca se olvida.