Cada año necesitas más luz solar para estar bien

Levanta la cabeza del móvil. Tu cerebro está desesperado por salir de la oscuridad y las luces artificiales

Todas las mañanas la misma cantinela: suena la alarma del móvil, lo coges para apagarla presa del bajonazo de tener que levantarte y salir de tu camita y, en lugar de levantar la persiana y quedarte unos segundos mirando a través de ella, permitiendo que esos primeros rayos de luz solar entren por tus ojos y te activen, comienzas a mirar las notificaciones. Una tras otra. Cuando has acabado, y contestado a todo, entras en los tablones de tus redes sociales y te tiras diez o quince minutos ahí metidx. A oscuras en tu cuarto. De ahí saltas al metro y luego a la oficina o al aula de la facultad. Y luego de vuelta a casa. Tu nivel de exposición a la luz solar es ridículo. Y eso te está pasando factura día tras día.

Como bien explican desde Vitónica, “la falta de luz solar a lo largo del día puede desembocar en problemas de salud mental, así como acelerar el deterioro cognitivo”. Especialmente conforme transcurren los años. Porque sí: tu organismo necesita cada vez más luz solar para mantenerse en plenas condiciones. Y tú estás haciendo todo lo contrario. Cada vez hay menos campo en tu vida. Menos calle. Menos paseos. Las nuevas tecnologías te tienen atrapadx en los interiores de los edificios. Hay días en los que ni siquiera sales por la puerta y te los pasas en un maremagnum de capítulos de series, vídeos de Youtube y conversaciones de Whatsapp. Tu mirada muy lejos del solecito.

Sin la referencia de la luz solar, tu cerebro pierde la cuenta del momento del día en el que estás. En este sentido, escriben desde este medio, “lo idea para que nuestro reloj interno tenga precisión máxima es ajustar nuestro estilo de vida para dormir de noche y vivir de día, pero no solamente eso, sino también que esa luz sea recibida por nuestro cuerpo”. A tus ojos les hace falta. A tu piel le hace falta. A tu estado de ánimo le hace falta. Y además es bastante sencillo: solo tienes que darle la bienvenida al sol más a menudo. Asegúrate de subir las persianas y no echar las cortinas. Date un buen paseo todos los días. No vayas con la cara pegada al móvil mientras caminas por la calle.

Y si puedes exponerte a primera hora de la mañana mucho mejor, pues esto “ayuda a nuestros relojes internos a ponerse en hora, haciendo más fácil conciliar el sueño por la noche, ya que nuestro cuerpo libera diferentes hormonas en función de la hora, ya sea para despertarnos o para dormirnos”. Quizás yendo a patita o en bicicleta al curro. Quizá desayunando en una cafetería o en un banco del parque en lugar de en la oficina. O quizá poniéndote en la ventanilla del autobús. Para que quede claro: deberías ser un poco yonqui de la luz solar. Fumarte cada rayo. Es de esas cosas que parecen nimiedades pero definen tu salud física y mental. Hemos evolucionado junto al sol. No lo olvides.