A los 42 años, Britney Spears todavía tiene mucha vida por delante para sorprendernos. Su último gran acto ante el mundo ha sido casarse con ella misma. Y parece que ha sido lo “más inteligente” que ha hecho nunca, como lo expresó en la publicación de Instagram en la que aparecía vestida de blanco, representando su propia boda.
“El día que me casé conmigo misma... Recordándolo porque puede parecer vergonzoso o estúpido, pero creo que es la cosa más inteligente que he hecho”, decía en la descripción del vídeo. De fondo, sonaba la canción romanticona “Fields of Gold”, de Sting, y Britney parecía querer enviarnos un mensaje más profundo: el de un acto de autoafirmación y una respuesta a quienes insisten en preguntarle sobre su estado civil.
Después de un tercer divorcio, Britney se ha encontrado de nuevo en la soltería y parece estar explorando lo que significa estar en paz consigo misma. Y es que la búsqueda de plenitud y felicidad no tiene que depender de nadie más.
El fenómeno de la sologamia —casarse con unx mismx— no es nuevo. Emma Watson y la modelo brasileña Cris Galêra promovieron en su momento la autoaceptación y el compromiso propio. Pero, a pesar de que sea un acto inofensivo hacia los demás, la sociedad parece no tomarse todavía muy bien un acto que desafía el matrimonio sagrado heterosexual. Emma Watson, por ejemplo, al proclamarse “self-partnered” en 2019, desató un revuelo mediático y tuvo que aclarar más tarde que no celebraba la soltería, sino que se había enfocado en conocerse a sí misma.
Cris Galêra, por otro lado, se casó simbólicamente consigo misma en 2021 en un acto que definió como un grito de independencia y empoderamiento. Sin embargo, solo tres meses después, anunciaba que “se divorciaba”. En una entrevista posterior, explicó que estaba lista para una relación con otra persona, lo que muchxs interpretaron como un retroceso en su autoafirmación inicial.
Tracey Emin, una conocida artista británica, tuvo una experiencia similar cuando, en una “performance”, celebró una ceremonia donde se casó con una piedra. Con el tiempo, Emin confesó arrepentirse de la sobreexposición de ese momento y lamentaba que su acto simbólico no había sido comprendido en su totalidad.
Un acto de simbolismo
En realidad, casarse contigo mismo no cambia tu estado civil ante la ley, no te otorga beneficios fiscales ni sociales. No es más que un acto filosófico, simbólico.
En ese sentido, desafía la visión tradicional de lo que significa el matrimonio y la soltería. En la película ‘La boda de Rosa’, de Icíar Bollaín, el personaje interpretado por Candela Peña decide comprometerse consigo misma en un intento por reencontrarse y tomar control de su vida.
Lejos de las expectativas sociales. Britney, al igual que Rosa, parece estar haciendo su propio manifiesto de independencia y amor propio. Al final, la sologamia solo manifiesta el derecho a vivir nuestra propia vida como nos dé la gana, a valorarnos y a gritar ante el mundo que no necesitamos la validación de otrxs para sentirnos completxs.