Así es como Mia Khalifa se ha empoderado y ha recuperado el control de su identidad

La exactriz porno tiene una marca propia de joyas y un canal del Onlyfans donde puede tomar sus propias decisiones

Mia Khalifa (Bierut, 30 años) es una figura que ha desafiado las expectativas y ha redefinido la conversación en torno a la industria del porno. Cuando hace 10 años firmó un contrato con una productora porno, no se imaginaba que dos años se habría convertido en una estrella de esta industria. Tampoco se imaginaba que llegaría a perder el control de su propia identidad por culpa de ese mismo contrato.

La decisión de iniciar su carrera en el mundo del porno, tal como expone ella, respondía a una necesidad económica (en ese momento trabajaba en un restaurante de comida rápida) y emocional. “Intentaba ganar la aprobación de los demás”, confiesa en una entrevista a El País. La exactriz llegó muy joven a Estados Unidos, huyendo del conflicto que tenía lugar al sur del Líbano y se instaló en Maryland. Durante unos años estuvo en un internado militar, cursó la carrera de Historia en la universidad (“Me apasionaba”) y fue después cuando hizo el salto al porno.

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Mia Khalifa y su historia en la industria porno

Khalifa se convirtió en una leyenda, entre otras cosas, por haber filmado algunas escenas con el hiyab puesto, aunque explicaba a El País, que ya ha renunciado a la batalla para recuperar los derechos sobre ellas. “Dejé de pelar cuando un bufete de abogados con el que trabajé pro bono me advirtió de que no íbamos a llegar a ninguna parte”, expone la actriz.

Durante mucho tiempo, Khalifa ha hablado abiertamente sobre su experiencia en la industria y ha señalado la necesidad de una mayor protección y apoyo para las personas que trabajan en allí. Ella misma confesaba a El País que siente “pena” por su yo más joven que se dedicaba a las películas porno. No estaba en un buen momento mental y tampoco podía decidir sobre determinados aspectos porque estaba sujeta al contrato.

Muchas veces se habla del sexo como una vía de empoderamiento femenino, pero Khalifa reconoce que aquella no era la vía. Ahora la exactriz vive gracias a una marca propia de joyas de cuerpo llamada Sheytan y a su perfil en Onlyfans donde hace performances (pero no desnudos). Esto ha sido clave en su proceso de sanación y en la recuperación su identidad. “Ahí hago las cosas a mi manera. Pongo fotos divertidas y bellas que me hacen sentir poderosa”, expone Khalifa.

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Que ahora no haga desnudos, apunta, tampoco quiere que sea visto como una especie de superioridad moral. Al contrario, no se trata de si estás más empoderada por enseñar más o menos, sino por la capacidad de controlar lo que quieres hacer: “No me gustan esas mujeres que apoyan la narrativa de ‘¡Defiéndete con tu cerebro, no con tus tetas’. ¡Callaos, por favor!”

Aun así, reconoce que a pesar de no esconderse de su pasado, a veces teme que vuelva: “Me da muchísimo miedo que mis desnudos empiecen a circular por ahí otra vez”. Por suerte se encuentra en un buen momento en el cual siente que ha recuperado el control sobre su vida y ofrece un consejo para cualquier joven que este a punto de firmar un contrato con su propia imagen: “No firmes nada que le dé derechos a alguien de algo tuyo para siempre. Nunca hagas eso”.