ChatGPT se ha vuelto tan popular que cuando piensas en inteligencias artificiales piensas básicamente en los chatbox de ese tipo que hay por ahí repartidos. Pero no es ChatGPT quien amenaza con quitarte el trabajo. Al menos no tanto como los llamados agentes IA. Como explican desde Business Insider, “en lugar de ejecutar instrucciones puntuales como lo haría un chatbot, los agentes pueden actuar independientemente en nombre de una persona, tomar decisiones sobre la marcha y desempeñarse en entornos desconocidos con poca o ninguna intervención”. Es decir, que tienen todo para poder hacer lo que tú haces en el trabajo. O al menos sobre el papel.
Porque las investigaciones prueban que no son tan buenos como intentan vendernos que son. Sí, lxs directivxs de las empresas están como locxs de alegría con la idea de introducirlos en sus oficinas e ir ahorrándose cada vez más y más sueldo en contratar a personas de carne y hueso. El capitalismo en su máxima expresión. Su esencia interesada. Todo su egoísmo al descubierto. La cosa es que un equipo científico de la Universidad de Carnegie Mellon, en Estados Unidos, ha realizado una simulación virtual con estos agentes IA y el resultado ha sido bastante pobre si lo comparamos con lo que suelen hacer lxs trabajadorxs reales. Se quedaban bastante atascados.
En concreto, y como apuntan desde ese medio, “el modelo con mejor rendimiento, Claude 3.5 Sonnet de Anthropic, llevó a cabo menos de una cuarta parte de todas las tareas”. ¿Te imaginas? ¿Que viene tu jefx a preguntarte cómo va la cosa y le dices que muy bien porque solo te has dejado el 75% del curro sin hacer? Y ese agente fue el más efectivo. “El resto, incluidos Gemini 2.0 Flash de Google y el modelo que impulsa ChatGPT, completaron alrededor del 10% de las tareas” y con independencia de la categoría de tareas que fuera. Y lo peor es que muchas otras pueden hacerlas mal. En ejecución o en legalidad. Incluso en ética. Y toda la responsabilidad va para la empresa.
En este sentido, parece que esa fantasía de lxs empresarixs de prescindir del capital humano y abrazar a unos agentes IA súper fiables queda todavía muy lejos. De momento tienen que contentarse con formar a sus trabajadores para que se familiaricen con las IAs y optimicen su rendimiento gracias a ella. Es una simbiosis, no una sustitución. “Cuando se usa de manera responsable, vemos a los agentes IA como complementos poderosos para nuestra gente”, cuenta uno de los directivos entrevistados en Business Insider. Si te quitan el trabajo del todo, si llega a ocurrir, será en un futuro. Aún no ha llegado el momento del apocalipsis IA.