¿Por qué no deberías hacer amigxs en el trabajo?

Las personas son lo más importante. Pero quizás no dentro del entorno laboral

Eres un animal social y te resulta prácticamente inevitable tratar de conformar relaciones con otras personas. También en el entorno laboral. No obstante, y según cuenta en Psychology Today el especialista Nir Bashan, lo más recomendable sería que esas relaciones se quedaran en lo profesional y no evolucionaran hacia amistades. ¿El motivo? En realidad hay dos: como dice Bashan, “estudios recientes han demostrado que las relaciones con los compañeros de trabajo son uno de los factores menos importantes en la satisfacción laboral”, a lo que se suma que puede generar muchos dramas cotidianos que torpedeen tu tranquilidad. En ocasiones es inteligente separar espacios.

La pregunta clave es cómo hacerlo. En primer lugar, aconseja este experto, debes establecer límites claros para no involucrarte excesivamente en el plano emocional. En sus propias palabras, “en lugar de ser una verdadera amistad, lo que termina sucediendo es que las realidades socioeconómicas entran en juego y la mayoría de las veces eso envenena el pozo”. Tenéis vuestros sueldos, vuestras responsabilidades y unas consideraciones por parte del resto de compañerxs y de jefxs. No es una relación totalmente libre. El contexto la condiciona demasiado. Es por eso que Bashan recomienda no profundizar en los dramas de lxs demás ni compartir tus dramas como si nada.

Y también es importante no compartir confabulaciones. Según Bashan, muchas amistades nacidas en entornos laborales lo hacen porque se sirven de la fuerza grupal para defenderse o atacar a otras personas. Piensa en ese “amigo” del trabajo que no para de hablarte mal de aquella otra trabajadora o de aquel otro jefe cuando tú no tienes problema alguno con ellxs. “Lo que termina sucediendo es que las personas quedan atrapadas en el conflicto y comienzan a odiar sus trabajos, se agotan y luego se decepcionan cuando sus supuestos amigos no los defienden en una reunión”. Pierdes capacidad de movimiento. La lealtad amistosa se convierte en un lastre.

Por último, y muy relacionado con lo anterior, tienes que desarrollar expectativas propias de una relación laboral y no propias de la amistad en el trabajo. “Las expectativas laborales son mucho más silenciosas y limitadas: consisten en el respeto mutuo, menos pesimismo y voluntad de colaborar de todo corazón para llevar a cabo los proyectos”. No esperes que tus compañerxs te salven de la tristeza ni te quemes tratando de salvar a los demás de sus insatisfacciones. Estás en una oficina. Concéntrate en ti. Y esto no significa que las personas no sean relevantes. Son lo más relevante. Pero ahí fuera. Dentro del curro es mejor que no te compliques mucho más la vida.