La industria turística representó el 12,6% del PIB nacional del pasado año 2024, dos décimas por encima de los datos del año 2023. Y no solo eso. Ese porcentaje y los 200.699 millones de euros que generó en nuestro país fueron un auténtico récord. En palabras de la periodista Noemí Navas, “la contribución turística ha ido creciendo año tras año, salvo el parón de la pandemia en 2020”. En aquel momento parecía que nuestro país despertaba del sueño turístico y se disponía quizá a entrar en una nueva etapa de industrialización y empleos mejor remunerados. No ha sido exactamente así. Seguimos dependiendo mucho de que vengan de fuera a visitarnos.
Y esto no es necesariamente bueno. Sí, España es uno de los países más saludables turísticamente de todo el mundo, lo cual supone una fuente de riqueza para el país. El problema es que el sector turístico no es precisamente el que reparte de manera más equitativa sus ganancias. Piénsalo. Piensa en lo que cobra una camarera o un limpiador de un hotel. Son sueldos modestos. En muchos casos temporales. No son el tipo de trabajo con el que sueña la mayoría de la gente. No obstante, el 12,3% de los puestos de trabajo totales, un 2,78 millones, pertenecen ya al sector turístico. Y, cuidado, parece que esta realidad irá en aumento durante los próximos años.
Como apunta la propia Navas, “el valor de la participación del turismo en la economía española alcanzará este año 2025 el 13,1%, según estimaciones de la patronal Exceltur, lo que supone un nuevo récord y una aportación de 219.068 millones de euros, 4.862 millones más en términos reales que en 2024”. Esto se explica por varias razones. Primero, que el cambio climático está haciendo que haya más días de sol y playa a lo largo del año. Segundo, que están viniendo turistas con un poder adquisitivo mayor, como los estadounidenses o los procedentes de Oriente Medio. Y, tercero, que los precios son más altos que nunca. Lo que dificulta que TÚ hagas turismo.
Quizás todo esto nos ofrezca una explicación parcial de la creciente desigualdad en España. Sí, cada vez vienen más de visita a nuestro país y gastan más dinero, lo que enriquece mucho a los empresarios que tienen hoteles y restaurantes, pero los sueldos siguen siendo muy mediocres y no sirven para que quienes los ganan dentro del sector puedan irse de vacaciones porque el coste de estas es cada vez más prohibitivo. Disfrutar de un turismo sano está bien, pero da miedo pensar en que se convierta poco a poco en el principal sostén de la economía de la gente. Hay otras industrias que ofrecen futuros mucho menos precarios. ¿Las vamos a incentivar?
