El remedio centenial contra la depresión laboral: opositar

Lxs jóvenes entre 18 y 34 años son lxs más interesadxs en conseguir una plaza pública que les ahorre la intranquilidad del mercado laboral privado

Es oficial: por primera vez en la historia, el número de trabajadorxs de la generación Z ha superado al de los trabajadorxs boomers en muchos países del planeta. Pero, lejos de estar feliz por la conquista, buena parte de esxs jóvenes ha descubierto que el modelo laboral actual que les ofrece la empresa privada es muy insatisfactorio. En parte porque no comulgan con la manera de entender el trabajo de las generaciones anteriores. En parte porque la precariedad laboral y el creciente costo de la vida les impide estar tranquilxs y contentxs. Si el trabajo no mola ni te aporta paz económica apaga y vámonos. Normal que dimitas. Normal que tanta gente joven dimita últimamente.

¿Pero dimitir para ir dónde? Pues, según cuentan desde GenBeta, y basándose en los datos del portal Opositatest, cada vez más para meterse en casa y estudiar día y noche para sacarse unas oposiciones. De hecho, las encuestas sugieren que son precisamente las personas entre 18 y 34 años las más interesadas en presentarse a estos exámenes. Y tiene sentido: en un mundo incierto en el que puedes toparte con años de una inflación infernal, como en 2022, y en los que el mercado laboral privado no ofrece sueldos demasiado atractivos que digamos, la posibilidad de conseguir un puesto de trabajo bien remunerado para toda la vida te hace una ilusión tremenda. Es seguridad. Es calma.

No es algo anecdótico

Porque lo que están pasando los zetas no es anecdótico. Como refleja la III Encuesta Merck, “el 51% de los jóvenes españoles ha sentido malestar emocional en el último año” debido principalmente a su situación económica y a sus condiciones de trabajo. Y que se deje la gente de derecha de tanto discursito de ya no quieren esforzarse ya no quieren trabajar. Es una generación con ganas de estudiar y de currar, pero también una generación digna que tiene muy en cuenta la salud mental. Y sí, pasan de estar toda su vida sufriendo en una oficina por cuatro duros y un despido trágico pendiendo sobre sus cabezas cual espada de Damocles. Ansía la estabilidad. Lógicamente.

Además, este idilio de la generación Z con el empleo público también viene motivado por la otra parte: ya sabes que con gobiernos de corte progresista suelen crecer las ofertas de trabajo de este tipo. Y es precisamente lo que viene ocurriendo. Como subrayan desde el mencionado medio, “el gobierno de España ha lanzado la mayor oferta de empleo público de la historia ante la jubilación de muchísimos profesionales”. El país necesita jóvenes bien formadxs para ocupar esas vacantes. Para hacer sociedad. Para garantizar unos servicios públicos de calidad. Y a cambio te dan una plaza fija. De aquí a que te jubiles. El esfuerzo vale la pena. ¿No crees?