Cronotrabajo, la nueva tendencia para organizar el curro a medida de cada persona

¿Y si pudieras vivir y trabajar según tu propio ritmo circadiano?

Existe una región de tu cerebro conocida como hipotálamo que funciona como una especie de reloj biológico: se encarga de enviar señales a otras regiones claves de tu cerebro para informarles del momento del día en el que estás. Y su comportamiento no coincide exactamente con el del hipotálamo del resto de seres humanos del mundo. Es precisamente esta la razón de que tengas tanta energía a determinada hora de la mañana, que sientas tantísimo sueño a determinada hora de la tarde o que tengas tanta hambre en tal momento del día. Es el ritmo que tiene tu organismo. Es tu ciclo circadiano particular. Y la tendencia del cronotrabajo quiere que lo aproveches para rendir mejor.

Como explican desde Vitónica, “el cronotrabajo busca adaptar la jornada laboral al reloj interno de cada uno”. Primero, porque resulta, según lxs defensores de este modelo laboral, más satisfactorio para ti: si tu ritmo circadiano natural hace que seas unx zombie a primera hora de la mañana, o a mediodía, o al final de la tarde, intentar concentrarte ahí para trabajar va a resultarte tedioso, estresante y frustrante. Es un dramita. Segundo, porque ponerte manos a la obra en los compases del día en los que estás más a tope te va a permitir ser más eficiente y dar más valor a la empresa, además de ir menos justx en los plazos. Sería una medida que beneficiaría a todas las partes.

¿Trabajar de día o de noche?

Y para la que se necesitarían varios pasos. En primer lugar, un autoanálisis detallado por tu parte para descubrir con precisión el ritmo al que funciona tu cuerpo. Quizás seas del tipo madrugador. Quizás del tipo intermedio. O quizás del tipo noctámbulo. Aunque a estas alturas de la vida, con tantas horas contigo mismx a las espaldas, probablemente ya sepas de qué pie cojeas. En segundo lugar, una apuesta aún más seria por el teletrabajo por parte de las empresas, así como una apuesta por la flexibilidad y la autoorganización de sus trabajadores. Solo así podrías escoger tu propio horario sin consecuencias. Y en tercer lugar, un proceso de adaptación por tu parte.

Más concretamente, y según escriben desde dicho medio, “podemos planificar nuestra jornada en función de nuestro cronotipo destinando las tareas más exigentes o que más concentración demandan para aquellos momentos de mayor productividad, y reservando para horarios en que nuestro rendimiento decae las tareas más sencillas”. En estos momentos de la historia, el mundo está diseñado principalmente para las alondras y no para los búhos, lo que hace que muchas personas vivan a destiempo de lo que marca su hipotálamo. Y es injusto. Quizá lxs últimos fueran lxs primeros si no trabajaran siempre en sus peores momentos del día. ¿Nos dejarán descubrirlo?