En un mundo ideal nunca tendrías que estudiar. Lo que necesitas aprender en el instituto y en la universidad te resultaría tan interesante que tu propio interés y tu propia curiosidad te harían aprender sin esfuerzo ninguno. De manera orgánica. Como una consecuencia. Pero no es así. Primero, porque los planes educativos no suelen estar enfocados de dicha forma sino como un itinerario cerrado de memorización constante. Segundo, porque sí que hay muchos conceptos concretos con los que debes machacarte un poquito para retenerlos en tu cabeza. Una putada, sí, pero tienes a tu disposición el método negro-rojo-verde para ponértelo mucho más fácil a ti mismx.
El concepto es muy sencillo: necesitas tres bolígrafos de dichos colores para subrayar tus apuntes de una manera más creativa de lo normal y potenciar la retención de información por parte de tu cerebro. En primer lugar, escriben desde El Confidencial, “el rojo será el color con el que, si sigues este método, subrayarás los términos clave, las ideas, los autores, las citas y otras cuestiones concretas sobre las que muy probablemente te preguntarán en el examen”. Y no es casualidad. Al fin y al cabo, el rojo es el color más atractivo que existe, pues en tu subconsciente más primitivo está relacionado con la sangre y con el peligro. Tus ojos van directos a él.
”El verde lo utilizarás para subrayar cualquier cosa que creas que pueda ser complicada de memorizar. Desde conceptos complejos hasta fechas, enumeraciones ordenadas o cualquier otra cosa que sea más difícil de entender”, añaden desde dicho medio. Un color con el que tu cerebro se siente bastante cómodo. Como en casa. En paz. Lo que seguramente aplaque un poquito tu ansiedad y tu estrés por enfrentarte a una información que esté resultándote especialmente desafiante. Tus ojos se irán hacia ese contenido con serenidad y ello hará que puedas darle unas vueltitas más sin agobio. Las que necesitas para asimilarlo o grabarlo a fuego en tu memoria.
Por último, “con el negro puedes ir subrayando cuestiones que no sean tan importantes, pero que te puedan servir como enlace para ir de una idea a otra”. Al principio, como es lógico, te sentirás un poco perdidx con este método, pero tu mente irá adaptándose progresivamente a él conforme lo utilices más y más para tus exámenes. Llegará un punto en el que la automatización sea total y te ayude muchísimo. Dicho esto, se trata solo de un método más. No es el pináculo del aprendizaje. No es el camino supremo sin el cual estás estudiando mal. Si ya tienes un método propio que te funciona, aférrate a él y dale caña. Puedes aprobar y aprobarás. Ánimo.