60.000 trabajadores le ganan la batalla a Glovo

La compañía tendrá que contratar a sus falsxs autónomxs

Hoy no es una mañana cualquiera. Quizás para ti sí. Quizás no tenga nada de especial. Pero para 60.000 repartidorxs de Glovo, que llevan años y años trabajando como falsos autónomos para enriquecimiento de la empresa, es una mañana mega maravillosa: la matriz de la compañía, Delivery Hero, ha comunicado la intención de la dirección de Glovo de cambiar de un modelo autónomo a un modelo basado en el empleo por cuenta ajena. O dicho de otra manera: van a contratar a toda esa gente que te lleva la comida a casa en bici en condiciones laborales precarias e indignas. 60.000 vidas que van a cambiar para bien. 60.000 muestras de que la justicia funciona.

Y no es una decisión basada en la empatía. No te engañes. La decisión de lxs mandamases de Glovo ha llegado tan solo un día antes de que su fundador, el catalán Óscar Pierre, declare en un tribunal por un presunto delito contra los derechos de los trabajadores. Previsiblemente, y si la justicia da finalmente la razón a lxs trabajadorxs, como todxs esperamos, Glovoo podría tener que asumir contingencias de entre unos 440 y 770 millones de euros. Como apuntan desde eldiario.es, el dinero estaría destinado a cubrir “los costes relativos a la Seguridad Social, así como multas, reclamaciones por impuestos y otros cargos hasta 2024 y relativos solo a Glovo España”.

Podría ser un punto de inflexión.

Uno que comenzó años atrás con la denuncia presentada por el Ministerio de Trabajo de Yolanda Díaz, que ya está celebrando la reacción de Glovo de cambiar de modelo. Aunque lo haga para no tener que seguir pagando multas en el futuro, es una victoria para la clase trabajadora. “Lo hemos conseguido. Ninguna gran empresa puede imponerse a la democracia. Es el movimiento afiliativo más importante de la historia de España realizado por el Ministerio de Trabajo”. Uno que además repercutirá muy alegremente en las arcas del Estado. También es el dinero de todxs, tu dinero, el que estaban quedándose sin derecho.

En cualquier caso, lo vivido con Glovo da para una reflexión profunda como sociedad. ¿Cómo es posible que una empresa le eche tanto morro y se ría en la cara de todxs, la de sus trabajadorxs principalmente y la del resto, y apenas nos escandalicemos? ¿Cómo es posible que se pasen años llamando riders emprendedores a jóvenes pedaleando en bicicleta en pleno invierno y nos quedemos tan panchxs? ¿Por qué muchxs de nosotros hemos seguido pidiendo por Glovo a pesar de saber la verdad? Toca mirar hacia dentro. Aunque también para fuera: Uber Eats continúa con el modelo de falso autónomo. Está en ti elegir bien dónde consumes. El mundo puede ser mejor.