Semillas que no deberían faltar en tu cocina

No son el superalimento definitivo. Eso no existe. Pero son complementos nutricionales estupendos

Al mundo de la nutrición le ocurre lo mismo que al resto: vive de las modas. Un día la espirulina es la reina absoluta y al día siguiente apenas aparece en los artículos especializados y es otro supuesto superalimento, como la moringa o la lúcuma, el que ocupa todos los focos. Todo gira muy rápidamente. Y con una pizca de exageración como ingrediente. Al fin y al cabo, y aunque estos alimentos-tendencia sean interesantes, no hay ninguno absolutamente indispensable en la dieta humana. La nutrición es demasiado compleja para ello. Dicho esto, es cierto que existen algunos fuera de lo mainstream que pueden ponerte mucho más fácil eso de ingerir los macronutrientes claves. Como varias semillas.

La principal de todas ellas son las semillas de chía. En primer lugar debido a su alto contenido en proteínas: entre un 15% y un 25%, según la variedad, lo que las convierte en una fuente estupenda de aminoácidos. En segundo lugar porque sus grasas son ácidos grasos saludables tipo ácido alfa-linolénico, ácido eicosapentaenoico y ácido docosahexaenoico. Y en tercer lugar por su altísimo contenido en fibra, magnífico para mantener a raya los niveles de azúcar en sangre y favorecer la salud intestinal. Los aztecas y los mayas lo sabían muy bien. Según cuentan en Vitónica, “ha sido parte de la alimentación humana desde el año 1.500 a.C y era el segundo cultivo principal después del frijol”.

Pero no todo son macronutrientes en estas diminutas semillas. Además, su consumo también te proporciona polifenoles, antioxidantes, seis veces más hierro que las espinacas y seis veces más calcio que la leche. Súmale una considerable presencia de magnesio y de potasio en ellas y tienes un alimento bastante digno que incluir en tus yogures o en tus comidas de cuchara. Si no las has probado nunca, te diremos que no altera apenas el sabor de los platos. Solo un poquito la textura. Lo bueno además es que, dadas sus propiedades nutricionales, sacia mucho y puede ayudarte a comer un poquito menos, ideal en caso de que quieras perder unos kilos para mimar tu salud física.

No tan populares, aún más underground, pero también muy recomendables son las semillas de cáñamo. Principalmente por su gran cantidad de ácidos grasos omega-3 y ácidos grasos omega-6, así como por aportar los nueve aminoácidos esenciales que tu organismo necesita para la fabricación de proteínas. Viene muy bien para el batidito de después de entrenar fuerza. Por último, podrías darle una oportunidad a las semillas de sésamo, muy valoradas por su amplio arsenal de micronutrientes: calcio, hierro, magnesio, fósforo, zinc, selenio, vitamina B1... Ah, y las semillas de calabaza y de lino también son buenos complementos para tu cocina. Todas suman. Hora de jugar.