La mayoría de los mitos no surgen de la nada, nacen como consecuencia de la tergiversación o de la extrapolación incorrecta de una verdad científica. Y ese es el caso del asunto que nos ocupa. Porque sí, según cuenta en mitos el profesor de fisiología del ejercicio Juan Hough, de la Universidad de Nottingham Trent, "hacer ejercicio con regularidad es bueno para el sistema inmunológico: algunas investigaciones sugieren que incluso puede reducir el riesgo de contraer infecciones de las vías respiratorias superiores como el resfriado común". Pero, una vez te has contagiado, nada garantiza que el deporte ayude.
"Desafortunadamente, cuando se trata del resfriado común no hay evidencia de que hacer ejercicio pueda acortar la enfermedad o hacerla menos grave. Actualmente no hay estudios que hayan investigado esto", dice el especialista. Y no los hay principalmente por una razón: implicaría tener que enfermar con el virus a unas cuantas personas y someterlas a ejercicio físico para descubrirlo. Algo que, como reconoce el propio Hough, no solo sería complicado de hacer, dado la dificultad de entrenar con malestar, "sino que también podría ser poco ético". La ciencia sigue hoy preceptos morales mucho más estrictos.
No hace falta que pongas a prueba a tu cuerpo
De todas formas, el conocimiento que tiene la comunidad médica de los efectos de la actividad física en el cuerpo permite a los expertos como Hough especular con los resultados de practicar deporte estando resfriado. No, no son buenos. En sus propias palabras, "es importante recordar que el ejercicio puede estresar el cuerpo y este estrés puede, a su vez, hacer que las células inmunitarias sean menos capaces de responder a los patógenos" que intentan atacar tu organismo. Es una cuestión lógica: cuando dedicas recursos a correr o a levantar pesas, se lo estás quitando a tu sistema inmune. Al fin y al cabo, tienes recursos limitados.
Pero en última instancia todo depende de la intensidad. No es lo mismo salir resfriado a correr una maratón por la ciudad que salir a caminar por el parque o hacer unos estiramientos de yoga. Además de eso, también importa y mucho el área afectada. Así, si estás empeñadx en hacer deporte, y "tus síntomas son principalmente por encima del cuello, como secreción nasal o congestión, comienza haciendo ejercicio a una intensidad más baja de lo normal para ver cómo te sientes". Si tienes fiebre, dolor muscular o vómitos, ni se te ocurra ponerte a dar carreras por ahí o a levantar hierros en el gimnasio. Empeorarás las cosas.
No es tan bueno como parece
Al final, es una cuestión de escuchar a tu propio cuerpo. Tal y como subraya Hough, "si hacer ejercicio te hace sentir peor, descansa". Déjalo para otro día. Generalmente el resfriado común dura entre una semana y diez días en desaparecer, pero probablemente en los últimos días te sientas mucho mejor. En cualquier caso, ¿qué prisa hay realmente? Resulta tan malo el sedentarismo como la obsesión por el deporte. Si alguna vez se estudia el tema y hay conclusiones científicas de que entrenar ayuda a superar el resfriado, adelante, pero hasta entonces mejor meterse en la camita y tragarse alguna temporada pendiente.