Lejos de los sabrosísimos estofados que hacían nuestras madres, que exigían perfecto equilibrio de ingredientes, tiempo de cocción y cariño en el proceso, o de los cocidos que hacía mi padre con unos huesos de carne y un tocino que lo impregnaban todo, a mis 30 años me he dado cuenta de que sé cocinar de una forma mucho más aleatoria y sencilla. Mezclando cosas en el horno. Siempre quedan bien.
Un poquito de tomate y un poquito de queso y orégano le añadirán lo que llamo “el efecto pizza sana” y eso es infalible. Todo empezó un día buscando recetas vegetarianas en internet. Allí encontré el ratatouille, un plato sencillísimo que da nombre a la película de Disney y que consiste simplemente en hornear tomates, berenjenas y calabacín con un poco de salsa de tomate, orégano y alguna especie más si te apetece. Como casi cualquier plato, acepta muy bien el queso parmesano por encima. Tan sencillo como calentar el horno unos minutos y después poner todos los ingredientes a la vez en una bandeja de vidrio.
Desde entonces, no puedo parar. Simplemente escojo mis vegetales preferidos y los voy mezclando en diferente combinación, a veces añadiendo huevo, queso o tomate, a veces ni eso. ¿Brócoli con champiñones, tomates cherry y queso feta? Funciona. ¿Boniato con calabacín y calabaza? Funciona. ¿Berenjena con salsa de tomate, patatas y coliflor? Para adelante.
Tofu: la proteína que necesitas
Si añadimos un huevo o tofu a la ecuación, nos llevamos de regalo la proteína. En el caso del tofu, que se puede añadir a cualquiera de los platos anteriormente, lo ideal es marinarlo un ratito antes para que absorba el sabor del limón, salsa de soja o lo que prefieras. El huevo, combinado con coliflor o brócoli y queso por encima, da un efecto gratinado y cremoso que está además de rechupete, si es que esta expresión todavía se puede utilizar entre lectores de menos de 70 años.
Aplastar las patatas dando un efecto de pastel o enrollar los vegetales en canelones es un siguiente paso si ya te vas picando y aficionando a la cocina de hornear. Pero lo primero, y lo más importante, es dejarte llevar por la imaginación y elegir tus ingredientes vegetales y sanos favoritos. Si los mezclas, y lo rematas con buenas especies orégano, albahaca, pimienta y un poquito de queso, el éxito está prácticamente garantizado.