El agua es imprescindible para la vida. Debería ser tu primera opción de consumo cuando necesites beber algo. Porque no te engañes: ningún refresco de esos que encuentras en los supermercados o en los bares resulta beneficioso para tu organismo por más que sus especialistas de marketing quieran vendértelos como tal. Tampoco el vino ni la cerveza, por mucho bulo que circule por ahí, son realmente buenos para ti, ya que el alcohol no es seguro para tu cuerpo en ninguna cantidad. En realidad, y según las investigaciones realizadas o analizadas por Harvard, solo existen dos bebidas saludables más allá del bendito agua: se trata del té y del café. Estos sí son buenos aliados para tu salud.
En el caso del café, y según el portal web de Harvard, “una gran cantidad de evidencia sugiere que el consumo de café con cafeína no aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares ni de cáncer”, tal como se ha sugerido popularmente durante mucho tiempo. Es más, agregan, beber de tres a cinco tazas estándar de café diarias se ha asociado consistentemente con un riesgo reducido de varias enfermedades crónicas. Esto puede deberse a que se trata de una sustancia rica en antioxidantes, flavonoides y otras sustancias biológicamente activas. Y por si fuera poco te proporciona energía para afrontar las idas y venidas del día a día. Sí, el café puede formar parte de una dieta sana.
Otra alternativa sana
También el té. De nuevo, y como ocurría con el café, las investigaciones científicas apuntan a un efecto protector. En palabras de lxs expertxs de Harvard, “la investigación ha encontrado que el consumo de dos a tres tazas diarias de té está asociado con un riesgo reducido de muerte prematura, enfermedad cardíaca, accidente cerebrovascular y diabetes tipo 2”. Y no importa de qué variedad de té estemos hablando: del té negro, el más consumido del mundo, o de otras versiones como el té verde, el té blanco o el té azul. Lo único que varía es el sabor, pues todas ellas están preparadas con las hojas curadas de la planta Camellia sinensis. Otra alternativa que no traerá perjuicios a tu vida.
Eso sí, para ambas bebidas existen matices. El café tradicional, por un lado, puede aumentar los síntomas de nerviosismo y ansiedad en gente con predisposición a estas sensaciones. La buena noticia es que el café descafeinado tiene los mismos beneficios demostrados para la salud y puedes optar por él sin problemas. En el caso del té, se han hallado vínculos entre beberlo muy caliente y el cáncer de esófago y de estómago, por lo que resulta muy recomendable no tomarlo hirviendo. Por último, y esto vale para ambas bebidas, recuerda que se vuelven poco saludables si las inundas de las grasas saturadas de la leche o de azúcar añadido. Disfrútalas desnudas. Tu cuerpo te lo agradecerá.