La gente se está operando la cara de tanto verse por videollamada

Con el aumento del contacto a través de Zoom o Skype nos hemos vuelto más conscientes de la forma de nuestra cara, algo que ha concluido en nuevos complejos y, por tanto, en nuevas ‘soluciones’

La papada en la que no te habías fijado, las ojeras o la falta de brillo y el color blanquecino por falta de luz solar: lo normal en un cara después de estar dos meses sin salir de casa. Son solo tres ejemplos de lo que ahora, para muchas personas, puede ser un drama. Pero, ¿de dónde lo sacan? El contacto digital a través de videollamadas ha hecho que nos hagamos más conscientes de nuestra cara, de su forma, de su color o de sus arrugas naturales. No es ninguna novedad que las relaciones cibernéticas hayan crecido: Teléfonica explica en a través de videollamadas que “durante la crisis del COVID-19 el tráfico en Internet es equivalente al de todo 2019, en un mes ha crecido un 35%, un 5% más que el de todo el año anterior”.

Este dato se suma al estudio realizado por Highfive en el que lxs usuarixs contestaron que no se sentían muy cómodxs viéndose en la pantalla durante una videollamada. Gran parte de lxs participantes estaba más pendiente de sus gestos o de cómo de veían que de la conversación en sí. Además el mismo estudio confirma que, debido a las videollamadas, somos más conscientes de nuestra propia apariencia. Esto podría haber acabado aquí pero la realidad es otra: esta consciencia nos ha generado nuevos complejos. estudio realizado por Highfive para saber qué ‘arreglos’ piden lxs pacientes en plena desescalada.

Los centros aseguran que están teniendo visitas de pacientes ya conocidxs pero también muchas más solicitudes nuevas. Desde la Unidad de Dermatología Estética del Grupo Pedro Jaén explican que ha crecido la preocupación en cuanto a “factores negativos experimentados durante la cuarentena, como piel apagada, flacidez, ojeras marcadas…”. No es esta la única preocupación, ahora con el uso obligatorio de las mascarillas la “nueva sonrisa está en la mirada”, los ojos, su forma y su color los son todo ahora. El clásico piropo de "me encanta tu sonrisa" ha empezado a desaparecer por ahora. Es más, la doctora estética Carmen Lorente lo confirma con las solicitudes: “se están demandando tratamientos como rellenos de sien, elevación de cejas o pómulos más marcados”.

Las videollamadas son un nuevo espejo y por ello hay que saber que, a veces, puede ser engañoso. Muchos de los factores que no nos gustan de nuestra apariencia tienen que ver con del enfoque, la luz, la perspectiva o la calidad de la cámara. Aún así este ‘nuevo espejo’ es interactivo: reparamos más en esos supuestos defectos porque nuestro rostro está en constante movimiento y el movimiento hace visible estas alteraciones del gesto que no se ven en el espejo del baño, por ejemplo.

El doctor Ramón Vila-Rovira del Instituto Vila-Rovira explica que “los rasgos que pueden parecernos menos atractivos se solucionan con más luz o algo de maquillaje” y detalla: “hay personas obsesionadas con su aspecto y extremadamente preocupadxs, hasta el punto en el que hemos tenido que disuadirles y explicarles que esos 'defectos' son naturales y que el aspecto no es el que se ve a través de una videollamada”. Rutinas tan usuales como hidratarse la piel del rostro pueden hacer que nos veamos mejor sin que haga falta ningún tipo de intervención.

Microinfusiones, bótox, vitamina C, ácido hialurónico, plasma rico en plaquetas, sueros, colágeno, cloruro de calcio u otras sustancias rejuvenecedoras son las más solicitadas para lo que se llamaría una mejora global. También se solicitan tensores y remodeladores de la piel a través de láseres. Casi todas las intervenciones más pedidas actualmente son, según los expertos, poco invasivas. Si eres de esas personas que, después de más de dos meses contactando por videollamadas, no te has sentido del todo a gusto con tu apariencia te aconsejamos que lo pienses un poco antes de impulsivamente solicitar este tipo de ‘arreglos’. Estar sanx y natural es lo más bonito que hay.

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