El peligro de esnifar cafeína: la nueva moda entre menores

Una cucharada de cafeína esnifada equivale a 28 tazas de café, según expertxs

En este mundo en el que muchxs parecemos obsesionadxs por la productividad, los “morning routine” y el rendimiento en cualquier aspecto de nuestra vida, no parece tan descabellado que se venda como algo seductor un nuevo producto que para algunos mejora la concentración, pero que para otros puede llegar a ser un problema de salud pública.

Estamos hablando de los concentrados de cafeína en polvo, un formato en el que se consume la cafeína por vía nasal.

Estos polvos para inhalación nasal contienen ingredientes bien conocidos que normalmente se encuentran en las bebidas energéticas, incluidos ingredientes concentrados aparte de la cafeína como la taurina, el ginkgo, la creatina o la maltodextrina, y se anima a los consumidores a inhalarlos directamente a través de la cavidad nasal.

Como denuncia la asociación de consumidores FACUA, estos productos están disponibles en distintos comercios y no hay ninguna restricción en su venta para menores.

Ponen el ejemplo de Energy Sniff, cafeína en polvo en venta en España. Para tomártela, la marca recomienda echarse “en el dorso de la mano el tamaño de un guisante de producto para inhalarlo, según la energía que necesites. Podrás repetir cada una o dos horas. No te pases con la dosis diaria de un gramo ni hagas más de diez inhalaciones por orificio nasal“.

Lo que preocupa es que con la evidente similitud que tiene su uso con el consumo de cocaína pueda llegar a banalizarse su abuso.

Se ve claramente en uno de los anuncios de Sniffy, otra de las marcas, según la revista científica The Lancet. “¿Un polvo blanco inhalado por la nariz? Aunque puede proporcionar un placer prohibido, es perfectamente legal”, rezaba una publicidad de la marca, según The Lancet.

Sus efectos nocivos

La preocupación del fácil acceso de lxs menores a la cafeína en polvo provocó que FACUA se dirigiese al Ministerio de Sanidad para reclamarle que “trabaje por la regulación del acceso de los menores de edad a los productos con elevadas cantidades de cafeína”.

Según expertxs, consultados por El Confidencial, una cucharada de cafeína esnifada equivale a 28 tazas de café. The Lancet también alerta sobre cómo los ingredientes “pueden irritar las membranas mucosas sensibles y causar sequedad o inflamación” y pueden propasarse los límites seguros de cafeína de una forma muchísimo más fácil que si se toma una taza de café.

Como también nos recuerdan desde la organización Energy Control, el exceso de cafeína puede ocasionar úlceras gástricas, incremento en el nivel del colesterol, insomnio, ansiedad y depresión.

Su consumo prolongado también parece estar asociado a disfunciones cardíacas y a la aparición de ciertos tipos de cáncer asociados a las sustancias derivadas de la torrefacción del café.

De hecho, se suele usar mezclada con otras drogas, para “simular la estimulación de otras sustancias como el speed, la cocaína o el MDMA y así enmascarar, de alguna manera, la menor cantidad o ausencia de estas”.